Tiro al blanco

Futbol: ¿Muerte por asfixia?

Están matando al futbol como producto con la evidente saturación que terminará por pasar factura, porque tanto los jugadores como los aficionados tienen un límite.

El 17 de noviembre de 2013, la prensa española hacía eco de la queja que iba a presentar Florentino Pérez contra la UEFA y la FIFA por una lesión que Sami Khedira había sufrido en un amistoso de Alemania en Italia, que dejó al mediocampista fuera el resto de la temporada. Ahora, también desde España y del Madrid, hay una campaña mediática para exigir que los parones de Selecciones paren. El tema es que las cosas solo han ido a peor.

En un partido oficial ante Georgia -no quiero menospreciar a Georgia, pero se ubica en el puesto 76 de la clasificación de FIFA y nunca ha disputado un torneo grande oficial-, el mediocampista español Gavi se lesionó el ligamento cruzado y quedará fuera toda la temporada. El partido para La Roja era completamente irrelevante, pues ya estaba clasificada a la Euro del próximo año y el jugador nada tenía que probarle al seleccionador Luis de la Fuente.

En aquel lejano 2013, el Madrid recibió una indemnización de dos millones de euros por la lesión de Khedira; ahora, el Barcelona recibirá alrededor de 7.5 millones por la de Gavi… pero, por más necesitado que esté el club catalán de dinero en este momento, juego 10 a 1 a que su entrenador, Xavi, hubiera preferido mantener a su futbolista cuando le está costando darle a la tecla en LaLiga, en la que se ubica tercero, y en la Champions, competición en la que logrará pasar la Fase de Grupos por primera vez en tres años, pero aún lucha por terminar primero.

En Inglaterra, Erling Haaland volvió al Manchester City para ser evaluado por una lesión en el tobillo ante Islas Feroe… ¡sí, Islas Feroe! Noruega, por supuesto, goleó a una de las peores Selecciones del mundo, pero ya no pudo contar con su figura ante Escocia y quedó fuera de la Euro. Hasta en eso falló el criterio del entrenador Stale Solbakken. Lo de Haaland fue solo un susto y jugará mañana con el City ante el Liverpool, pero además de ellos dos, otros ocho jugadores estrellas de clubes europeos volvieron de la Fecha FIFA con lesiones. El Madrid de Florentino fue al que más le dolió: Camavinga y Vinicius Jr. ponen en predicamento a Carlo Ancelotti para armar su once: el francés quedará fuera entre ocho y diez semanas, mismo tiempo que tomará al brasileño recuperarse.

Por ello, el problema de hace 10 años no se ha olvidado ni se olvidará pronto. Los clubes solo buscan ver cómo cuidar sus millonarias inversiones y la FIFA solo busca cómo hacer más dinero. Por eso el plan de un Mundial cada dos años es un verdadero disparate. Entre los lesionados de este parón que (por fin) terminó este martes, se encuentra el propio Guillermo Ochoa, algo que a la Salernitana debe ponerle los pelos de punta en medio de su lucha por el no descenso y no contará dos semanas con su portero; otro más fue Marcus Rashford, quien sufrió un susto en el juego entre Inglaterra y Malta, o Heung-min Son, en un duelo de Corea del Sur ante Singapur… ¡Malta y Singapur!

Aunque los clubes pugnaban por eliminar las fechas FIFA de encuentros amistosos, UEFA o Concacaf tuvieron la ‘magnífica’ idea de crear una nueva competición, la Nations League, con lo que ya casi no hay partidos amistosos, son casi todos oficiales, pero ante Selecciones de segunda línea que realmente aportan muy poco en lo deportivo, y no pueden tomarse muy en serio, por más que sean ‘oficiales’. Es decir, el número de partidos se mantiene y los clubes siguen obligados a mandar a sus figuras, gracias al carácter oficial de esos encuentros, so pena de fuertes castigos por parte de FIFA o las Federaciones que regulan los torneos ligueros o internaciones como la Champions o la Concacaf Cup. En Conmebol, la cosa está rudísima porque, Argentina enfrentó a Uruguay y a Brasil, y se está jugando el pase al Mundial 2026 desde ahorita... nomás que juegan una eliminatoria entre 10 Selecciones, en la que clasifican seis y una más va a repechaje.

Hace unas semanas, escribí en esta columna sobre lo terrible que son las fechas FIFA. Ahora no queda más que reiterarlo, sobre todo cuando, además de las lesiones, vimos la forma en la que se festejó un triunfo en penales sobre Honduras que clasificó a México a la Copa América. ¿Sabe usted que Honduras se ubica en el puesto 78 del ranking FIFA?, ¿recuerda que a esta misma Selección se le ganó 4-0 en la Fase de Grupos de la pasada Copa Oro?, ¿que el último partido que el equipo catracho le ganó (antes del viernes pasado) a un equipo mundialista fue un 2-1 sobre Canadá el 13 de junio de 2022?, ¿que no le gana un partido a un equipo que no sea de Concacaf desde el 5 de marzo de 2014?, y, lo peor, México le ganó con un arbitraje sumamente polémico, por decir lo menos.

La cuestión es que están matando el producto con una evidente saturación que terminará por pasar factura. Primero porque los jugadores son humanos y su físico tiene un límite, y después porque los aficionados, consumidores al fin, también tienen límite, ya sea por tiempo de consumo o por costo del producto.

Lo correcto es que el producto que debe limitarse es el de las fechas FIFA y no solo porque los clubes son los que invierten más, desde las visorías, el desarrollo, la inversión y el mantenimiento. Ver al equipo nacional debe ser un deleite; esos partidos deben esperarse con ansia. Así, se disfrutan más. Como dicen: de lo bueno, poco. Cuando te ‘atascan’ de lo que te gusta, termina por hartarte y eso es ley de vida.

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