Millones de mexicanos vieron en López Obrador y su partido Morena una alternativa ante un gobierno priista corrupto y a un PAN dividido, que perdió fuerza por sus pleitos internos.
Decisiones sin considerar todas sus consecuencias, ya sea por ignorancia o una ideologización izquierdista, se tradujeron en un retroceso en el primer año de gobierno de López Obrador.
En 2019, mientras en Estados Unidos y en la mayoría de los países creció la economía, en México retrocedió la inversión, el empleo y no hubo crecimiento económico.
Las principales causas de ese retroceso no fueron la corrupción y los desequilibrios fiscales heredados del gobierno anterior, sino las decisiones equivocadas del nuevo gobierno.
La arbitraria clausura del aeropuerto de Texcoco, aludiendo corrupción en su construcción, que nunca se probó, y que no era razón suficiente para abandonar un proyecto ya en marcha, mandó un mensaje negativo a inversionistas nacionales y extranjeros, quienes redujeron sus inversiones en México.
El cierre y obstaculización a inversiones privadas confirmaron la ausencia de respeto al Estado de derecho y a los contratos firmados por el nuevo gobierno. La mala administración de Pemex y la CFE repercutió en una agravación de sus desequilibrios. La decisión de sacar a la inversión privada de la extracción de petróleo y de la generación de energía eléctrica por motivos ideológicos, impidió el ingreso al fisco de miles de millones y aumentaron los subsidios a esos monopolios estatales, que en lugar de abrirse se cerraron más.
En 2020 el Covid-19 agravó la situación, pero no es el único responsable del retroceso económico en los dos años del gobierno, que se bautizó como la 'cuarta transformación', y hasta la fecha no ha transformado, sino destruido, y no representa una salida del pasado, sino un regreso al PRI de Echeverría y López Portillo.
Los resultados del combate a la pandemia por el actual gobierno son de los peores del mundo, según índices internacionales de muertos e infectados.
En México se suman a los males creados por la pandemia, expectativas negativas generadas por el actual gobierno, que nos colocan en comparativos internacionales entre los países cuya recuperación está entre las más lejanas.