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Carta al gobernador Mauricio Vila Dosal

Señor gobernador, quizá ya no pueda evitar que Yucatán sea el quinto estado con más contagios per cápita a nivel nacional; lo que sí puede lograr, en cambio, es que la catástrofe económica sea menos abismal.

Estimado gobernador,

La actual crisis que vivimos en Yucatán y en el resto del mundo, ha hecho que todos, sociedad y gobierno, generemos nuevas formas de interacción que nos permitan resolver la emergencia sanitaria, al mismo tiempo que preservemos el empleo, como usted de manera acertada ha mencionado.

Cuando esta crisis inició a mediados del mes de marzo, con el afán de proteger a los yucatecos, tomó usted la decisión de cerrar la economía y así evitar la propagación del coronavirus, evitando un colapso en los servicios de salud. Confiamos en su honestidad y sensatez, y que las acciones que ha tomado han sido guiadas por las buenas intenciones y la asesoría de su grupo de expertos, el cual suponemos conoce a fondo la economía, el carácter y la idiosincrasia de nuestro estado.

Todos hemos tenido, desafortunadamente, amigos cercanos y familiares que han fallecido por esta plaga que nos asola. Nadie desea que esta emergencia sanitaria se prolongue, y que siga llevándose a nuestros seres queridos. Creo que como sociedad, compartimos el deseo de proteger a nuestras familias y a nosotros mismos. Pero como usted mismo ha dicho, esta pandemia todavía va para largo.

Señor gobernador, quizá ya no pueda evitar que Yucatán sea el quinto estado con más contagios per cápita a nivel nacional; lo que sí puede lograr, en cambio, es que la catástrofe económica sea menos abismal, permitiendo que abra de forma responsable toda la cadena de valor de la industria turística, cuyo aporte al PIB estatal es de alrededor del 12.5 por ciento.

Quisiera agregar que las mujeres representan el 57 por ciento de la fuerza laboral turística en México. Mantener cerrado este sector provocará un potencial retroceso en el desarrollo económico de las mujeres y esto agravará la brecha laboral y económica existente entre ellas y los hombres.

Le pido, como representante del empresariado turístico de Yucatán y como ciudadano responsable que desea el bien común, que permita la operación de cenotes, haciendas, playas, museos, restaurantes para cenas y fines de semana, sitios arqueológicos, cooperativas turísticas y el Centro Internacional de Congresos. De no hacerlo con prontitud, la supervivencia de las empresas y los empleos que ellas generan, desaparecerán.

Estoy seguro que los guías turísticos le agradecerán poder llevar comida a su mesa; que los artesanos aliviarán su situación cuando puedan saludar al turista y ofrecerle su trabajo; que los meseros le reconocerán su decisión para no pasar más tiempo sin recibir un ingreso.

A casi cinco meses de haber iniciado esta pandemia, estimado gobernador, la población ya no aguanta más tiempo con gran parte de la economía cerrada. Le pido que reconsidere los criterios de apertura dejando de priorizar a unos giros sobre otros. El conjunto y la variedad de actividades económicas, es lo que hacen grande a Yucatán.

No le pedimos que ponga a la actividad económica por encima de la salud, pero creemos que hay alternativas diferentes a las que actualmente estamos viviendo.

Estoy seguro que su sensibilidad y pensamiento estratégico, le permitirán encontrar esas vías para que todos los sectores puedan abrir de una forma económicamente sustentable al mismo tiempo que se tomen las medidas sanitarias que nos den certeza.

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