Democracia Eficaz

La sorprendente alianza del Partido Verde con Morena

El Partido Verde ha representado todo lo que López Obrador cuestiona: frivolidad, oportunismo, apoyo del llamado neoliberalismo, personajes vinculados a la corrupción y el abuso del poder.

El Partido Verde fue un gran aliado de Enrique Peña Nieto. Lo ayudó a aprobar todas sus reformas estructurales; lo defendió frente a las críticas de la oposición, incluido López Obrador; fue en coalición con el PRI en 2006, 2009, 2012, 2015 y en 2018 en apoyo a José Antonio Meade (aunque Manuel Velasco, gobernador de Chiapas, apoyara política y financieramente a López Obrador).

En los últimos 20 años el Partido Verde ha representado todo lo que López Obrador cuestiona: frivolidad, oportunismo, apoyo del llamado neoliberalismo, personajes vinculados a la corrupción y el abuso del poder. Fueron aliados de Vicente Fox en 2000, a quien López Obrador repugna. Luego lo fueron en 2006 de un paisano tabasqueño a quien AMLO acusó de fraude en 1994: Roberto Madrazo. Y luego fueron aliados y amigos entrañables de Peña Nieto a quien hoy López Obrador quiere someter a juicio junto con sus principales colaboradores.

Hoy el Partido Verde, aplicado y oportunista como antes, ya está sentado en la mesa de Morena. No es sorpresa que lo haga como lo ha hecho en el pasado. Lo sorprendente es que el partido de la llamada 'cuarta transformación' actúe de la misma forma como lo hizo antes el PRI y el PAN: aceptando su apoyo a cambio de votos y concediéndole peticiones y caprichos.

Morena quiere ir en alianza con el Verde en 2021 para culminar la 4T. La semana pasada, en San Luis Potosí, ambos partidos presentaron una solicitud de coalición denominada 'Juntos Haremos Historia en San Luis Potosí'. Sin embargo, militantes y simpatizantes de Morena en la entidad rechazaron esta alianza que empuja Mario Delgado, el nuevo presidente del partido. Los dirigentes estatales de Morena, Sergio Serrano Soriano y del PT, María Patricia Álvarez Escobedo, presentaron otra solicitud de coalición, denominada "Juntos Hacemos Historia". Este bloque que desafía a las dirigencias nacionales afirmó que irá a tribunales en caso de que se valide la solicitud de registro con el Verde.

Mario Delgado anunció que se llevarán a cabo mesas de trabajo con militantes y simpatizantes para recoger su opinión respecto a las propuestas de coalición para 2021. Pero la petición de aliarse con el Partido Verde parece tan repulsiva para lo que Morena dice representar que la simple petición de discutir la idea debería ser ofensivo, empezando con López Obrador.

Delgado dijo que las coaliciones se llevarán a cabo con "aquellos partidos que a lo largo de los años hayan apoyado con hechos el proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador y se comprometan a seguirlo haciendo". ¿Y cómo apoyó el Partido Verde el proyecto de López Obrador en los últimos 10 años? ¿Cómo encajan los jóvenes del tucán en un proyecto de renovación que busca echar atrás las reformas que ellos mismos vitoreaban hace un lustro? ¿Cómo puede ser el Verde un activo de la 4T cuando solapó los abusos del poder en los últimos años, mismos abusos que hoy AMLO dice querer sancionar? ¿Cuál es el ejemplo de congruencia de aliarte con los amigos de tus enemigos?

La secretaria general del partido, Citalli Hernández, reconoció en un mensaje por Facebook que la militancia no quiere una alianza con el Partido Verde, pero que por la premura se "tiene un convenio abierto con este partido en San Luis Potosí y Guerrero". O sea, pragmatismo puro: no queremos, pero no queda de otra.

Los militantes de Morena en San Luis Potosí parecen tener más claridad y se han manifestado en contra de una coalición con el Partido Verde. El dirigente estatal de Morena en San Luis Potosí, Sergio Serrano Soriano, justificó esa decisión porque "la gente que ahora se dice del verde trae un perfil, por decir lo menos, dudoso", refiriéndose a Ricardo Gallardo Cardona, aspirante a la gubernatura por el PVEM, y quien es acusado de delincuencia organizada y lavado de dinero.

Por cierto, el actual coordinador del PVEM en la Cámara de Diputados, Arturo Escobar y Vega, ha sido un personaje también muy polémico. En 2009 fue sorprendido en el aeropuerto de Chiapas con una maleta Louis Vuitton en la que guardaba un millón 100 mil pesos en efectivo. A pesar de las irregularidades en sus declaraciones sobre la procedencia del dinero, no fue sancionado. En 2015, Arturo Escobar fue nombrado por el entonces presidente Enrique Peña Nieto como subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación, pero tuvo que renunciar meses después por una investigación en su contra realizada por la Fepade, encabezada por Santiago Nieto, debido a que siendo dirigente nacional del PVEM firmó contratos para distribuir diez mil tarjetas Premia Platino con fines electorales.

Hoy Escobar es un aliado de López Obrador para revertir las reformas que impulsó su exjefe y aliado Peña Nieto. Hoy Escobar es un aliado silencioso del partido en el poder como lo será seguramente del siguiente presidente a quien apoyará en caso de que quiera revertir el legado del mismo López Obrador.

La política es pragmatismo, pero debe haber límites, sobre todo en el caso de Morena que dice representar un verdadero cambio. En su relación con el Verde, Morena muestra que es más de lo mismo.

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