El Globo

Argentina a elecciones

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Llegó la hora final para Cristina y probablemente, para el Kircherismo. En total 13 años de gobierno, de lo que algunos simpatizantes y seguidores aseguran en llamar "el rescate de la Argentina", es lo que suman los gobiernos combinados de Néstor Kirchner y su esposa y luego viuda, Cristina.

El escenario electoral se disputa entre tres fuerzas políticas, todas autodenominadas peronistas. Esta maravilla argentina, donde las fuerzas de cambio, las opositoras y las oficialistas, todas reclaman la ascendencia peronista y reconocen en el viejo caudillo, militar, autoritario y también liberal –porque Perón fue todo, se fue convirtiendo y transformando al paso de los años, los gobiernos, las salidas y los regresos- al pensador político que da origen a sus postulados.

Así pues, por el oficialismo, el candidato apoyado por el gobierno de Cristina y que sus cercanos esperan sea el "continuador" de esta nueva versión peronista, se postula Daniel Scioli bajo el "Frente para la Victoria". Según todas las encuestas, el señor Scioli cuyo pensamiento político sigue siendo una interrogante para muchos, se perfila como el probable ganador en los comicios del próximo domingo.

La fuerza de oposición, los críticos y antagonistas del gobierno de Cristina y de lo que llaman "la década perdida" aparece el movimiento "Cambiemos" que postula al Alcalde Buenos Aires Mauricio Macri quien amenaza de forma muy cercana al puntero Scioli.

En un distante tercer lugar el "Frente Renovado" que en realidad postula un cambio gradual de las políticas peronistas pero siempre dentro del Peronismo –que da para todos- el señor Sergio Massa.

El sistema electoral argentino contempla la celebración de dos vueltas electivas, siempre y cuando en la primera, ningún candidato obtenga más del 40% de los votos totales y más de 10 puntos por encima del segundo lugar. En ese objetivo están concentrados hoy los seguidores del Señor Scioli y el gobierno entero de Cristina que no ha dejado de aparecer cuantas veces ha podido en televisión nacional al lado de su candidato. Prefieren evitar sorpresas en una eventual segunda vuelta que, existen posibilidades, podría resultar más adversa.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha logrado mantener cierta popularidad y aceptación entre las clases medias, los intelectuales e incluso –aunque en menor medida- con los empresarios. Los números y las estadísticas del país no son confiables, lo ha denunciado el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, incluso el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) porque los datos de crecimiento, inflación, programas sociales, disminución de la pobreza son manejados de forma maquillada por el gobierno.

Sin embargo lo que se juega es mucho más que el futuro del proyecto político de los Kirchner, a quienes ya se les compara –especialmente a Néstor- con el nuevo Perón.

Con decirle que en la boleta electoral, donde aparece el nombre del candidato Scioli, están las fotos de Juan Domingo Perón y de Néstor – el patriarca y el salvador.

Está en disputa un nuevo modelo de régimen político, un nuevo proyecto de país que reconstruya la derruidas relaciones con los sindicatos –originales fuerzas de apoyo de los Kirchner al asumir el poder en 2002- que inicie una nueva etapa de crecimiento y de impulso industrial en alianza con los empresarios e inversionistas, a quienes el gobierno ha golpeado sistemáticamente.

Para algunos analistas se trata del fin del peronismo, como esa expresión política multidimensional y diversa que lo cubre todo y lo abarca todo. Una política de alianza e impulso a las clases populares, de estrecha mancuerna con las organizaciones sobreras y sindicales –en un lejano inicio hace ya 70 años- pero también una política liberal de apoyo al crecimiento y al capital privado en se convirtió después del regreso. Un gobierno en estrecha alianza con la Iglesia católica –de enorme peso y poder aún en la Argentina del siglo XXI- con la que acabó rompiendo en los años 70 cuando lo expulsan del poder. Perón fue un fenómeno político del siglo XX, bajo cuyo liderazgo y estilo crecieron y abrevaron cientos de políticos al paso de los años. Hoy parece más referencia histórica gastada y sobre usada.

Para otros analistas, estos comicios significan irremediablemente el fin de los Kirchner como movimiento político, después del fracaso estrepitoso de un gobierno que ha tenido distanciamiento con todo el mundo, excepto con Venezuela.

Este domingo se escribirá la nueva historia y los más centrados pronósticos señalan un final muy cerrado, con diferencia de apenas 3 o 4 mil votos, lo que conducirá inevitablemente a una segunda vuelta. Veremos.

Twitter: @LKourchenko

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