El Globo

Gerontocracia americana

Los líderes políticos de Estados Unidos son septuagenarios, en el mejor de los casos, y si llegan a la Casa Blanca, octogenarios.

Una nueva encuesta recién publicada en Estados Unidos por ABC/Ipsos revela que 59 por ciento de los estadounidenses considera a ambos, Trump y Biden, demasiado viejos para gobernar.

En el caso de que el hoy presidente, Joe Biden, repitiera en la Casa Blanca, iniciaría su segundo periodo a los 82 años de edad, nivel récord en la historia política de ese país.

Mientras que de ser Trump el ganador en las elecciones de noviembre de 2024, llegaría a la Oficina Oval de 78 años.

Pero no son los únicos: el poderoso senador republicano por Kentucky, el ultraconservador Mitch McConnell, tiene 81 años de edad, 40 en el cargo, que lo convierten en el senador de mayor servicio activo en la historia de Estados Unidos. Hoy sufre lapsus verbales y de memoria en público.

Janet Yellen, secretaria del Tesoro, tiene 77 años.

Merrick Garland, secretario de Justicia (fiscal general de Estados Unidos), tiene 71 años.

El secretario de la Defensa, Lloyd Austin, de los jovenazos del gabinete: tiene 70 años y ayer ingresó al hospital a revisiones y tratamientos.

El más joven es el secretario de Estado, Antony Blinken, con 61.

Pero el tema es que los líderes políticos del país vecino son septuagenarios, en el mejor de los casos, y si llegan a la Casa Blanca, octogenarios.

Biden ha provocado recientemente preocupaciones por su memoria y sus pifias verbales al confundir nombres, personajes, lugares o incluso declaraciones.

Entre los temas más controversiales de la encuesta de ABC/Ipsos está el discutido asunto de la inmunidad de Trump durante su mandato. Este mismo lunes volvió a solicitar a la Corte Suprema de Justicia que todos sus procesos penales –cuatro en total– sean trasladados a fechas posteriores a las elecciones de noviembre.

El juicio más delicado es el que se refiere al ataque al Capitolio, que pretendió descalificar el proceso electoral de 2020, que le otorgó en las urnas la victoria a Joe Biden.

Trump pretendía permanecer en el poder, y se valió de todos los medios para lograrlo, incluso acciones criminales para quedarse en la Casa Blanca.

Esa decisión está hoy en manos de la Corte Suprema, que debe fallar en torno a si Trump tenía o no inmunidad al ejercer el cargo de presidente de Estados Unidos.

La encuesta citada arroja que 66 por ciento de los estadounidenses considera que a Trump no debiera otorgársele inmunidad por sus acciones como presidente. En posición contraria, 33 por ciento considera que sí debiera ser cobijado por la inmunidad.

El muy complejo y dividido proceso electoral de este año se definirá en cortes y tribunales, probablemente antes de los propios comicios.

Todo parece indicar que la Corte Suprema se inclina a desechar el recurso para que los estados de la Unión puedan declarar a Trump como inelegible.

De la misma forma, aunque no se han pronunciado aún, parecen inclinados a no posponer los juicios para que Trump comparezca ante la justicia, además de fallar en contra de la inmunidad.

Como hemos mencionado, el tema migratorio, el cierre de la frontera y la reducción de cruces son y serán los temas más sensibles para los electores. La encuesta señala que 53 por ciento considera culpables a los legisladores republicanos por el fracaso del plan fronterizo propuesto por el presidente; 51 por ciento señala a los demócratas como responsables, mientras que 40 por ciento señala directamente a Trump.

La elección presidencial de noviembre consistirá en la forma en que cada sector de la sociedad, republicanos o demócratas, liberales o conservadores, reparten la culpan por el fracaso fronterizo.

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