Leon Opalin

Atentados terroristas contra los cristianos en Sri Lanka

León Opalín indica que las derrotas del EI en el Medio Oriente y el consecuente retorno de sus combatientes a sus países de origen explican lo ocurrido en Sri Lanka, donde los atacantes terroristas quizá revelan el nacimiento de un nuevo frente yihadista mundial.

Sri Lanka es una isla en el Océano Índico, al suroeste de la Bahía de Bengala y al Sudeste del Mar de Omán, es separada del continente indio por el Golfo de Manmar. La isla tiene forma de pera, con una superficie de 65,610 km2, por su posición geográfica en camino a principales rutas estratégicas constituye un importante vínculo entre Asia Occidental y el sudeste asiático.

Sri Lanka, desde la antigüedad, ha sido un centro de la religión budista, 70.2% de su población total, que asciende a 21 millones; casi un tercio es seguidor de religiones diferentes al budismo: el hinduismo 16.0%, el cristianismo 7.5% y el islam 7.6%. El cristianismo fue introducido por colonos europeos en el siglo XVI.

Partes de Sri Lanka fueron colonizadas por Portugal y Holanda a partir del siglo XVI, antes de que todo el control del país fuera cedido al Imperio Británico en 1815, logró su independencia el 4 de febrero de 1948, tras el retiro de los británicos del sur de Asia; cabe destacar que hasta 1972, Sri Lanka era denominada Ceilán un movimiento nacionalista había surgido en el país desde principios del siglo XX con el fin de obtener su independencia política.

En este contexto, cabe mencionar que Sri Lanka, durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió como una importante base para las fuerzas aliadas en su lucha contra el imperio japonés. La historia de Sri Lanka estuvo marcada durante más de dos décadas por un conflicto entre el Gobierno Nacional y el Movimiento Insurgente de los Tigres de Liberación del Elamtamil, que surgió en 1970: que el grupo rebelde de los tigres tamiles de la minoría étnica tamil, intentó independizarse del país denominado por los budistas.

A inicios del 2002 los dos bandos en conflicto acordaron un alto al fuego, el cual fue roto en reiteradas ocasiones por ambas partes. A principio del 2009, el Gobierno Nacional inició una ofensiva contra los tigres que duró varios meses y finalmente acabó con la aniquilación de la guerrilla; el conflicto duró 26 años con un saldo de más de 40 mil civiles muertos de acuerdo a datos de la ONU, otras fuentes elevan la cifra a entre 60 mil y 100 mil. El escenario de la guerra fue el norte del país; los tamiles son predominantemente hindúes procedentes de la India y los Cingaleses, que son budistas.

Por otra parte, los enfrentamientos entre budistas y musulmanes han sido recurrentes en el último lustro, incluso en el 2018 el gobierno declaró el estado de emergencia para atajar los disturbios contra los musulmanes; hasta antes del 21 de abril, el Domingo de Pascua, la fiesta central del Cristianismo en las que sus fieles celebran la resurrección de Jesús, luego de haber sido crucificado, el país estuvo poco habituado a la violencia contra los cristianos; estos últimos tienen adeptos tanto entre los tamiles como entre los cingaleses; sin embargo, algunos cristianos son mal vistos porque apoyaron las investigaciones exteriores sobre los presuntos crímenes cometidos por las fuerzas armadas contra los tamiles durante la guerra que culminó el 2009.

En los ataques contra iglesias y hoteles del 21 de abril pasado participaron 7 suicidas; dos se inmolaron en el lujoso hotel Shangrila, en el paseo marítimo de colombo, la Capital, los otros eligieron como objetivos 3 iglesias y 2 hoteles. Un cuarto de hotel y una casa ubicada en el suburbio de la capital también fueron atacados. La policía dió a conocer que entre los autores materiales de la matanza se encontraba una familia entera: 2 hermanos, hijos de un muy acomodado empresario en el sector de las especias y la esposa de uno de ellos.

La dirección falsa que uno de los hermanos reportó al registrarse como huésped en su hotel, permitió a los agentes llegar a su domicilio familiar. Cuando llegaron miembros de la unidad de operaciones especiales para investigar, la esposa hizo estallar explosivos que guardaba en la vivienda, causándose la muerte, así como a sus dos hijos pequeños. "Era una única célula terrorista, operada por una familia", dijo uno de los investigadores. Los hermanos "tenían el dinero y la motivación" para perpetrar los atentados. "También influyeron en otros miembros de su familia", varios de los cuales se encuentran entre los 60 detenidos en relación con los ataques. Los atentados causaron al menos 290 muertos y 500 heridos.

El Primer Ministro de Sri Lanka reconoció que el gobierno tenía información previa sobre posibles ataques terroristas, que involucraban a un grupo islamista radical poco conocido; National Tawhid Jamat, de reciente creación, y que seguramente tenía vinculación con grupos terroristas del exterior. El Estado Islámico (EI) se atribuyó la autoría de los atentados; algunos de los detenidos han jurado lealtad al EI. Hasta 41 esrilanqueses se fueron a Siria e Irak para unirse a las filas del EI.

Aparentemente, lo ocurrido en Sri Lanka es similar a lo que pasó en otros atentados recientes en distintos puntos de Asia: 28 personas murieron tras ataques a iglesias cristianas en Surabaya (Indonesia), hace un año, y al menos 20 fallecieron en enero tras un atentado contra una catedral católica en Jolo (Filipinas).

Estos dos golpes fueron en principio perpetrados por grupos yihadistas locales, JKemaah Ansharut Daula y Abu Sayyaf, respectivamente, los dos en la esfera del EI, que acabó reclamando su autoría.

Las derrotas del EI en el Medio Oriente y el consecuente retorno de combatientes a sus países de origen, en parte explican lo ocurrido en Sri Lanka Indonesia o Filipinas.

El EI, a pesar del fin de su Califato, que había establecido en 2014 en extensas regiones de Irak y Siria, tiene capacidad para cometer atentados; los atacantes terroristas en Sri Lanka quizá revelan "el nacimiento de un nuevo frente yihadista mundial; hay temor de que cometan más atentados".

Cuando parecía que lo peor había pasado, una nueva explosión ocurrió el 22 de abril cuando la policía intentaba desactivar una bomba en los alrededores de una iglesia católica. El artefacto estaba en una camioneta estacionada a 50 metros del Santuario de San Antonio una de las 3 iglesias atacadas. Asimismo, la policía encontró 87 detonadores en una estación de autobuses, ubicada en el barrio cercano a la zona donde fueron los ataques.

Resulta inverosímil que las autoridades de Sri Lanka no atendieron las advertencias de agencias de inteligencia sobre un ataque terrorista de un grupo islámico radical. En este ámbito cabe considerar que México, por su cercanía geográfica con EUA, puede convertirse en punta de lanza contra ataques terroristas en ese país. Ya se ha advertido que grupos radicales islámicos y las organizaciones criminales de México, han unido fuerzas para ese propósito.

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