Leon Opalin

Presiones de ultraortodoxos al nuevo gobierno de Benjamin Netanyahu

El primer ministro israelí saliente, Yair Lapid, acusó al gobierno entrante de Benjamin Netanyahu de olvidar que Israel es un Estado Judío, no un Estado Halájico.

El futuro gobierno de Benjamin Netanyahu como Primer Ministro (Likud), junto con los partidos ultraortodoxos, Shas Yahadut Hatorá, y los partidos de extrema derecha, Hatzioni Hadati, Otzamá Yehudi y Noa, han creado inquietud en la sociedad israelí que no se considera religiosa y, en general, en los judíos del mundo, particularmente en los de EUA, donde predominan los judíos reformistas.

Es de destacar que un importante número de donantes de recursos de EUA a Israel han expresado su descontento por el predominio de fuerzas religiosas ortodoxas en el nuevo gobierno y han pedido a los políticos israelíes que hagan oír su voz, ya que consideran que será muy difícil depender de actitudes que tienen hacia las mujeres y minorías religiosas de Israel.

En este contexto, el primer ministro israelí saliente, Yair Lapid, acusó al gobierno entrante de Benjamin Netanyahu de olvidar que Israel es un Estado Judío, no un Estado Halájico (La Haladá es la ley religiosa judía); dijo que Netanyahu está convirtiendo a Israel en un modelo semejante al de Irán con la segregación de género.

En este contexto, al inicio de noviembre pasado, el Gran Rabino Sefaradi Yitzhak Josef instó al futuro gobierno de Netanyahu a aprobar un proyecto de ley que permita a la Kneset (Parlamento) darle revés a los fallos de la Corte Suprema de Justicia declarando un Estado Ortodoxo. Asimismo, expresó que Israel es un Estado Ortodoxo, no reformista, acusando al judaísmo reformista “de causar la asimilación en el extranjero”.

Por otra parte, los partidos religiosos han expresado el deseo de cambiar la Ley de retorno para limitar el número de personas elegibles para emigrar a Israel que no se consideran judíos, según la Ley Ortodoxa. Esto tendría, de realizarse, gran influencia en la inmigración desde la antigua Unión Soviética, que ha traído grandes beneficios a la economía, la ciencia, las artes y la cultura de Israel.

Ya existen solicitudes del partido Yahadut Hatorá para detener los partidos de Fútbol en Shabat y dar apoyo a los partidos religiosos para crear una ley para legalizar la segregación de género en eventos públicos.

Betzalel Smotrich, líder del partido Hatzionut Hadati, ha insistido que Israel será gobernado por la Ley Judía, no obstante el 30 de noviembre pasado, Netanyahu prometió que no se impondrá la “ley Talmudica (bíblica)” en Israel.

En este entorno en el que Netanyahu tendrá que enfrentar a sus aliados recalcitrantes de su gobierno, es posible que se desate una situación caótica en Israel, que será aprovechada por Irán, el principal y más peligroso enemigo de Israel.

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