Julio Madrazo

Inequidad Covid USA

La presencia del coronavirus en Estados Unidos es un recordatorio de que la inequidad racial en ese país no ha cambiado significativamente en las últimas décadas.

Es muy fuerte ver cómo en las crisis, casi de cualquier índole, se agudizan las inequidades más lacerantes de nuestras sociedades. Fue el caso de la crisis financiera de 2008, ocurre con los desastres naturales, y sin duda está pasando ahora con la pandemia que enfrentamos.

La evidencia de esta inequidad en términos raciales en Estados Unidos es pavorosa. La comunidad afroamericana ha sido contagiada a tasas mucho más altas y mueren bastante más. Por ejemplo, en Wisconsin, la población afroamericana representa el 6 por ciento del estado, pero casi 40 por ciento de las muertes por Covid-19; en Luisiana alcanzan 32 por ciento de la población, pero casi 60 por ciento de las muertes; en Kansas, 6 por ciento de la población y 30 por ciento de las muertes. A nivel nacional, de cada 100 mil estadounidenses, han fallecido 14 afroamericanos, cinco asiáticos, cinco latinos y cuatro blancos.

Esto se debe a décadas de desigualdad estructural. Por un lado, está el riesgo asociado y las condiciones de pobreza en las que viven, así como a que un mayor número de afroamericanos carecen de seguro médico y son más propensos a perder su empleo, en esta ola de desempleo que ya supera los 22 millones. Además, los afroamericanos tienen mayores tasas de diabetes, enfermedades del corazón, asma y presión alta. Por todo lo anterior, son una población más vulnerable para desarrollar un caso de coronavirus grave y morir a causa de ello.

Esta cruda realidad representa una oportunidad política para los demócratas. Joe Biden debería de fortalecer su agenda en favor a la comunidad afroamericana y diseñar programas de apoyo para mejorar la calidad de la vivienda y la educación de los afroamericanos, así como una mayor cobertura de servicios de salud y seguridad social.

Los demócratas no pueden perder el apoyo de un sector del electorado tan importante. En la elección presidencial de 2016, la participación afroamericana cayó por primera vez en 20 años; disminuyendo a 59 por ciento después de haber alcanzado una votación histórica en 2012 con 67 por ciento de participación en la elección de Obama.

Si los demócratas quieren sacar a Trump de la Casa Blanca deben de contar con un amplio apoyo de la comunidad afroamericana. Covid-19 es recordatorio de que la inequidad racial en Estados Unidos no ha cambiado significativamente en las últimas décadas. En 2020 el Partido Demócrata debe montarse en esta evidencia para romper los patrones del pasado.

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