Autonomía Relativa

Notas del debate de ayer

El formato del debate fue bastante mejor de lo que se esperaba; las preguntas han sido una novedad y por lo menos en el tema de seguridad resultaron retadoras.

Escribo estas notas mientras sucede el debate (no llegaré a escribir a cerca del final por cuestiones de trabajo). De entrada hay que decir que el escenario fue grandioso, nos recuerda la belleza de nuestro Centro Histórico.

Debo decir que el formato fue bastante mejor de lo que se esperaba. Las preguntas han sido una novedad y me parece que por lo menos en el tema de seguridad resultaron retadoras.

El Bronco inició con una referencia personal sobre la inseguridad. Se comparó con los demás candidatos en términos de ser también una víctima de la inseguridad. Como se esperaba se enredó con Sarmiento con el asunto del tiempo –cosa que sucede con frecuencia en estos formatos–. Dijo un par de simplezas y acabó su turno. Su propuesta de cortar la mano a los delincuentes es inadmisible y resulta alarmante que un tipo con esas propuestas esté en un debate presidencial.

La pregunta esperada con AMLO era sobre la amnistía y así fue. Salió con que va a invitar al Papa al diálogo que, si gana, organizará con las víctimas. Su turno fue suspendido por los candidatos Meade y Anaya. Hay que decir que eso hizo más atractivo el programa en esos momentos. Para quienes pensaban que AMLO no tenía respuestas, sí las tiene; para lo que no se prepara es para el manejo de los tiempos. El tema de la corrupción lo abordó como siempre, no hay novedades, pero no deja de ser un asunto populista como él lo aceptó tácitamente. Buen sentido del humor en el manejo de la gráfica de la encuesta.

Como comenté en el texto del viernes, Anaya es el que tiene más soltura para el debate y lo mostró de entrada. Claro con cierta tendencia a ser 'el capitán cartulinas', pues comenzó con una. Contestó con soltura y sencillez. Es preciso y no duda en parlamentos.

Meade bastante más suelto de lo que se esperaba. Es un hombre preparado. Se vio tranquilo, con tono pausado. Sabía que tenía que ponerse a la altura de Anaya. Increpó sobre sus bienes constantemente a Andrés Manuel, que por acabarse el tiempo sin control alguno no tuvo oportunidad de contestar.

Margarita aprovechó su condición de mujer. Tener un tono diferente le ayudó para aprovechar su espacio. Tenía que sortear preguntas y señalamientos personales, por su propia circunstancia de vida.

Creo que finalmente avanzamos mucho. Insisto en que el formato novedoso lo hizo muy atractivo, en el que si bien es importante el entrenamiento también la flexibilidad, y el conocimiento de los temas resultó más relevante. A ver qué dicen los resultados, si se mueven los datos y qué sucede el 20 de mayo en el segundo debate con otro formato.

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