Autonomía Relativa

Los puritanos de la chela tibia

Las mayorías dictatoriales encierran el peligro de querer eternizarse, por lo que tienen que imponer formas de pensamiento, y terminan por imponer el modo de vivir.

Se les dijo y se les advirtió: la banda que viene con López Obrador puede ser peor que él no sólo intelectualmente –lo cual no es ningún reto–, sino que carecen del liderazgo y el carisma que tiene el presidente. Por eso, los personajes de Morena resultan grotescos. Individuos simiescos como Salgado Macedonio, por ejemplo, no logran borrar su ramplonería con el puesto de senador. Lo mismo la orate de Jesusa o el acomplejado de Noroña. Su ausencia de carisma subraya su patetismo. Hay que buscarles el lado cómico, que lo tienen, para no amargarse, porque van a estar unos años en la escena.

Sin embargo, una cosa es que estos personajes hagan malabares y desfiguros públicos, y otra que sus compañeros legisladores –desconocidos la mayoría– decidan normar las decisiones de vida de los mexicanos. Las mayorías siempre encierran la inconveniencia de matar la pluralidad y de imponer un modelo. Las mayorías dictatoriales encierran el peligro de querer eternizarse, por lo que tienen que imponer formas de pensamiento. Y terminan por imponer el modo de vivir.

Si para el presidente –que es uno de los políticos exitosos más conservador de los últimos tiempos– los conservadores somos todos los que no pensamos como él, si para él pensar por sí mismo es ser fifí y tratar de criticar a los poderosos es labor de hipócritas, no queda mucho margen para ubicarlo en un espectro de conducta pública, pero lo hay: es un puritano. Con el látigo de su lengua dice quién está maldito y él mismo purifica con un gesto o con una palabra. Ya vimos la semana pasada que se invistió en Jesús de Macuspana. El problema con este tipo de personas, que normalmente pululan en las religiones, es que sus seguidores van alienados tras ellos, obedecen ciegamente y creen que deben ir en su conducta más allá de lo que dice y hace su guía.

Ya habíamos hablado de aquella solución mágica planteada por el gobierno, de que para que no se robaran el combustible, había que cerrar los ductos. La cosa movió a risa, pues los pasos siguientes podrían ser: para que no roben bancos, hay que cerrarlos y cosas por el estilo. El gobierno cerró los ductos, generó desabasto como no se había visto en muchas décadas y se continuaron pinchando ductos. Por supuesto la creatividad se ha desatado en las filas morenistas, pues si el líder hace eso, los demás no se pueden quedar atrás. Esta semana los legisladores de Morena en la CDMX decidieron que habría que desestimular el consumo del alcohol, para lo cual propusieron que la cerveza no se venda fría; de esa manera, creen ellos, la gente beberá menos. De risa loca. No solamente quieren meterse en la vida de los demás para que no beban, sino que intentan de manera más estúpida decir qué deben de beber. Son bastante primarios nuestros puritanos de la chela tibia. Lo que sigue es que para combatir la obesidad vendan helados los mixiotes, para que la gente no se los coma, o le pongan mucho hielo al consomé de barbacoa para que nadie se lo tome, porque es muy grasoso.

Parecen ocurrencias pero hay que tener cuidado. Cuando son una tras otra ya dejan de ser ocurrencias, disparates o despropósitos, para convertirse en una forma de gobernar y esa incluye meterse en la casa de los ciudadanos, decirles lo que tienen que leer y qué decir, qué deben de pensar y solamente escuchar las canciones que componga doña Beatriz. Para eso se les da dinero en efectivo. Porque detrás de todo está la imposición de una nueva moral, una nueva conducta que ellos creen debemos de tener todos. Cuidado con los puros, porque son fanáticos. Los puritanos de estos días comienzan por entibiar la chela y terminan diciéndote cómo debes de vivir.

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