Comisionada del Inai

La información pública como herramienta para garantizar los derechos de la mujer

Cobra relevancia el feminismo como movimiento que defiende no la supremacía, sino la igualdad de derechos sociales, políticos, legales y económicos de la mujer respecto del hombre.

El 8 de marzo de cada año se conmemora el Día Internacional de la Mujer. En este día, pero de 1908, 129 mujeres que se declararon en huelga, buscando mejorar sus condiciones de trabajo: reducir su jornada a 10 horas y un salario igual al de los hombres, murieron al incendiarse una fábrica en Nueva York, Estados Unidos, después de que el dueño cerrara el edificio para orillarlas a abandonar el lugar y desistirse de su lucha.

Según datos de las Naciones Unidas, en la actualidad 50.5 por ciento de la población mundial son hombres y 49.5 por ciento mujeres. El Censo realizado en 2020 por el Inegi refleja que en México 51.2 por ciento somos mujeres y 48.8 por ciento hombres; lamentablemente, está igualdad no es más que numérica, pues aun y cuando somos la mitad de los habitantes del mundo, los hechos y las cifras muestran que las condiciones de la gran mayoría de las mujeres no son diferentes a las de hace 100 años.

De acuerdo con la ONU, en un trabajo de igual valor, el salario de una mujer es casi 30 por ciento menor al de un hombre; solo 22 países han tenido jefas de Estado o de Gobierno; 119 nunca han sido presididos por mujeres; solo 21 por ciento de quienes ocuparon ministerios fueron mujeres; y apenas en 14 naciones los congresos han alcanzado 50 por ciento o más en la representación de las mujeres.

Ni qué decir de la discriminación y la violencia de la que son objeto; lejos de erradicarse, va en aumento. Un 35 por ciento de las mujeres en el mundo (una de cada tres) ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de su pareja o de otras personas durante un momento de su vida (sin contar el acoso sexual); la cosificación del cuerpo de la mujer en los medios de comunicación y redes sociales se ha normalizado. La violación sistemática a los derechos humanos de las mujeres es palpable.

Pese a que ha habido avances en el plano del deber ser, al reconocerse en convenios internacionales y en las leyes locales de diversas naciones que todos los individuos somos iguales en dignidad y ante la ley, y por ende, podemos disfrutar de los mismos derechos, sin que haya lugar a distinción alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, lo cierto es que aún falta mucho para alcanzar la plena igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres.

No es suficiente, pues, con que el artículo 4º de la Constitución diga que la mujer y el hombre son iguales ante la ley para alcanzar una igualdad de facto y erradicar la violencia. Es necesario reconfigurar nuestra manera de pensar, reeducarnos como sociedad, superar ideologías y costumbres machistas y patriarcales y, por supuesto, poner en marcha políticas públicas, planes de trabajo y acciones elaboradas en conjunto por el Estado y la sociedad, a través de los diversos colectivos defensores de los derechos de la mujer.

En ese contexto, cobra relevancia el feminismo como movimiento que defiende no la supremacía, sino la igualdad de derechos sociales, políticos, legales y económicos de la mujer respecto del hombre, y que tiene como objetivo erradicar las múltiples formas de violencia en su contra.

De igual forma, puedo afirmar que el trabajo del INAI es fundamental para las mujeres. La información pública que se aloja en la Plataforma Nacional de Transparencia, les facilita el acceso a programas, trámites y servicios que brindan las autoridades de todos los órdenes de gobierno. La simple búsqueda de la palabra mujer arroja seis millones 616 mil 722 resultados, de éstos un millón 587 mil 980 corresponde a programas sociales y apoyos para la mujer, pero además, contiene información estadística valiosa para una planeación con perspectiva de género, como la relativa a cargos, funciones y salarios de mujeres que trabajan para la administración pública.

Sin lugar a dudas, el derecho de acceso a la información pública es una herramienta para garantizar los derechos de las mujeres y el acceso a ésta la llave para que accedan a otros derechos.

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