Jorge Berry

Kámala y los demás

Muchos demócratas piensan que una combinación de Biden para presidente y Kámala Harris para vicepresidente sería prácticamente invencible para Trump, pero habrá piedras en el camino.

El derby electoral en los Estados Unidos ya comenzó. Faltan 22 meses para la elección presidencial de 2020, pero el proceso es largo, y especialmente trascendental para el país, sobre todo si Donald Trump llega a la boleta buscando su reelección. Esto, desde luego, no es seguro.

Diversos escenarios plantean la posibilidad de que el actual presidente no sea el candidato republicano. Es posible que la investigación de Robert Mueller sobre la influencia rusa en la campaña pasada de Trump descarrile su administración, que podría terminar con la renuncia del presidente o, en el peor de los casos, con su desafuero. También es posible que el propio Trump decida no participar, para ahorrarse dolores de cabeza y líos legales que pongan en riesgo su fortuna y negocios personales, para no hablar de su familia. Y podría surgir otro precandidato en el Partido Republicano que venza a Trump en las primarias. Nada de esto es probable.

Por ello, los demócratas están operando bajo el supuesto de que su candidato (o candidata) enfrentará a Trump. Y la lista de los aspirantes es grande, y tiende a crecer.

El primero en anunciar candidatura fue Julián Castro, un exalcalde de San Antonio, Texas, que pocos toman en serio. Luego, aparecieron tres senadoras: Elizabeth Warren, de Massachusetts, Kirsten Gillibrand, de Nueva York y Kámala Harris, de California. Habrá otros. Se espera una candidatura del exvicepresidente, Joe Biden, se habla de Beto O'Rourke, quien por poco desbanca al republicano Ted Cruz en el Senado, Michael Bloomberg, exalcalde de Nueva York y dueño de Bloomberg News, socio de esta casa editorial, y otros que sin duda se irán incorporando.

Les decía líneas arriba que el proceso es largo, pero también complicado. Tema de una futura columna será explicar con detalle el proceso para lograr la nominación de su partido. Por ahora, basta decir que la primera votación será en Iowa, y todavía falta un año, así que habrá tiempo más de sobra para analizar cuidadosamente a todos los precandidatos.

Entre los mencionados, arranca como puntera la senadora por California Kámala Harris. Nació en Oakland, California y es hija de inmigrantes: su madre, Shaymala Gopalan, es originaria de India, y su padre, Donald Harris, de Jamaica. Tiene 54 años, y una carrera política brillante. Fue procuradora de Justicia en San Francisco durante siete años, y procuradora de California seis años más. Luego, en 2017, llegó al Senado en la misma elección que puso a Trump como presidente, y en apenas dos años ha dejado marca. Sus intervenciones en el Comité Judicial del Senado, en especial en la confirmación de Brett Kavanaugh a la Suprema Corte de Justicia, dejaron clara no solo su agudeza y capacidad, sino también su carisma. Ha escrito dos libros, el más reciente de los cuales, apenas publicado, describe su visión de Estados Unidos.

La más insistente crítica a la fallida campaña de Hillary Clinton en 2016, fue su falta de mensaje. En el discurso para anunciar su campaña, lo primero que hizo Harris fue establecer un mensaje para sus compatriotas: "We are better than this". Será su lema de campaña, y lleva implícita una aguda crítica a la presidencia de Trump. "Somos mejores que esto" sería una traducción literal, y es un llamado a dejar atrás el discurso de la división y el encono que ha sembrado Trump, para construir un país más humano.

¿Llegará Kámala Harris a la candidatura? Es muy difícil predecirlo. Muchos en el Partido Demócrata piensan que una combinación de Joe Biden para presidente y Kámala Harris para vicepresidente sería prácticamente invencible para Trump, pero falta mucho, y habrá piedras en el camino, incluyendo una posible candidatura independiente que dé al traste con todos los planes demócratas. Howard Schultz, ex-CEO de Starbucks ya anunció que lo está pensando.

Acostumbrémonos, porque esta extendidísima campaña será nota un día sí, y otro también.

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