Parteaguas

¿Quién quiere trabajar en Walmart?

Quien quiera el cargo debe tener una maestría en ciencias computacionales o sistemas de información y años de experiencia en administración e innovación de productos.

La oportunidad es para quien califique, esté en donde esté. Ayer, Tony Shakib dijo: Hay una empresa que está contratando más gente que Google y Facebook, en la bahía de San Francisco. Sus salarios son de los mejores.

"¿Saben de qué empresa hablo? De Walmart. Hemos trabajado muy cerca y están haciendo cosas muy interesantes", complementó el jueves este hombre que parece venir del futuro, pero que habla de objetos que hoy ya son totalmente visibles. Shakib es director y socio de lo que hace Microsoft en materia de internet de las cosas, encabeza Microsoft Azure IoT (Internet of Things).

Escuchar su discurso al cierre de la cumbre de tecnología del Consumer Electronic Show de este año revela que Walmart viene por Amazon y necesita gente urgentemente. La mejor, de donde venga.

"Múltiples ubicaciones de trabajo; este rol tiene la posibilidad de laborar remotamente", indica una de esas posiciones abiertas.

Quien la cubra deberá responsabilizarse de que quien quiera comprar en línea obtenga lo que quiere exactamente, con las características que pidió y en el momento que lo espera.

Mientras eso pasa, resolver todos los problemas que hay en medio… en miles de transacciones.

El puesto es el de un senior product manager para el que la compañía no indica el sueldo en la vacante, pero éste debe andar en poco más de 140 mil dólares anuales, de acuerdo con la consultora en recursos humanos Glassdoor. El equivalente a unos tres millones de pesos al año. No está mal.

Quien quiera el cargo debe tener una maestría en ciencias computacionales o sistemas de información y años de experiencia en administración e innovación de productos y en la "construcción y entrega de tecnología bajo resultados medibles en un ambiente de alto crecimiento".

La plaza está expuesta en LinkedIn, para quien quiera postularse. Como ésta, también están enlistadas la de arquitecto de software; ingeniero principal en desarrollo y operaciones de software; y varias oportunidades como asistente gerencial de comercio electrónico.

Para alcanzar a Amazon en las ventas en línea, todos ellos y su equipo necesitarán decenas de cosas conectadas al internet, como ese aparato con el que llegan los repartidores a la puerta para confirmar que hicieron la entrega.

Recuerden los sensores que deben quitar a la ropa cuando la sacan de una tienda. Ahora estos pueden estar en cada parte del proceso por el que pasa cada capricho o necesidad que piden por internet en estos días de Covid-19... y de aquí en adelante.

Microsoft es capaz de monitorear toda la información que estos brinden. Como el tiempo que estuvo embodegado, o quién lo fabricó, en dónde y por qué lo devolvieron cuando ese pantalón les quedó apretado ahora que muchos coleccionan tallas extra. Eso, para cada producto.

Son 'toneladas' de datos que Amazon, Mercado Libre, Liverpool y Walmart necesitan para reducir fricciones con sus clientes y si es posible, quitar mercado a su competencia.

Requieren de gente preparada para analizarlo todo el tiempo y saber qué hacer con ellos, por ejemplo, categorizar a cada cliente para luego posiblemente prestarle dinero en efectivo, ahora que cerró su alianza con Ribbit Capital.

Eso significa una cascada de información que opera 24 horas de cada día de toda la semana. La inteligencia artificial ayuda a procesarla, pero también son necesarios edificios en donde todos los datos son guardados.

Aquí comenté antes que en México, Microsoft construye tres de estos en ubicaciones secretas, dentro de un plan de inversión de más de mil millones de dólares anunciado al inicio del año pasado.

Los cientos o miles de personas necesarias para el crecimiento de esos servicios puede salir de escuelas y empresas de Estados Unidos, de India… o de México. La pandemia acabó con el mito de las procedencias o las ubicaciones.

Si quieren trabajar en Walmart, prepárense, la competencia estará buena.

El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero

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