Parteaguas

México (no) es un país rico con un pueblo pobre

Si el gobierno espera que la economía de extracción como la que ofrece Pemex o la de manufactura que anuncia el TMEC detonen el crecimiento, más vale tomar un té de tila.

Sin duda hay una amplia proporción de mexicanos pobres, México no es un país rico.

Esa frase que alude una supuesta riqueza, es repetida por políticos como quien hoy ocupa la Presidencia:

"México es un país rico con un pueblo pobre", dijo Andrés Manuel López Obrador, al menos desde 2015, de acuerdo con registros de sus recorridos por México antes de la campaña electoral más reciente.

Rica, quizás es o fue parte de la naturaleza del territorio que ocupa su población y sin duda quienes se sirven de los permisos que les brindó el Estado para explotar recursos físicos: la minería de Germán Larrea o eso invisible que llamamos 'espectro radioeléctrico' existente en el aire, comercializado por Carlos Slim…

Pero la riqueza no solo viene de los recursos naturales. Piensen en Apple o Google, que basan sus enormes negocios en la intangibilidad del software. Cada una de estas dos tienen por separado un valor cercano al de toda la economía mexicana: más de un billón de dólares en español, o 'trillion', si prefieren el inglés.

Ayer, la discusión sobre un documento de PwC llamado 'Navegando la creciente ola de incertidumbre' se centró acertadamente en la pérdida de atractivo que enfrenta México, cediendo su lugar en el top 10 a Brasil.

Pero dentro del documento basado en la encuesta global anual número 23 entre directores de empresas que realizó la consultora con sede en Londres, hay una frase que nos da una pista hacia el recurso más importante del país, que con frecuencia parece más explotado por empresas extranjeras: el talento entrenado.

"De 2006 a la fecha, hemos reducido nuestro consumo de agua en México en un 50 por ciento y continuamos el proceso al invertir en tecnologías muy modernas. Una es aeroponía, con la que las plantas básicamente crecen en el aire en lugar del suelo", expuso Roberto Martínez.

"Eso nos permite consumir apenas un 10 por ciento de la cantidad de agua, en comparación con la agricultura tradicional", añadió el director general de Pepsico Foods México, una empresa bien conocida por marcas como Doritos.

Desde los setenta, con la creación de destinos como Cancún y Los Cabos, mediante esfuerzos como el Fonatur, dedicado a generar un sector turístico nacional, los gobiernos federales de México no aciertan a generar una economía planeada con base en los servicios.

Son empresas como la francesa Safran, las que 'descubren' el potencial nacional en esa tarea. En entrevista, su director general, Philippe Petitcolin, me expresaba cómo se convirtió en defensor de inversiones en México a partir de la revelación que resultó su taller de servicios para aerolíneas, ubicado en Querétaro.

En otro caso, ayer la europea Airbus anunció que instalará una escuela de pilotos de helicópteros para toda Latinoamérica en Yucatán, como consecuencia del esfuerzo promocional del gobierno del estado.

Preocupado por el impacto sobre la economía de manifestaciones sociales para detener el calentamiento global provocado por el mercado de los combustibles fósiles, un banquero soltó también en el citado documento de PwC:

"Si estás administrando Nigeria hoy, definitivamente deberías tener un plan para cuando el petróleo se vaya.

"No estamos planeando lo suficiente, ni (lo están haciendo) muchos otros países", advirtió Segundos Agbaje, director general del Guaranty Trust Bank de ese país africano.

Si el gobierno de México espera que la economía de extracción como la que ofrece Pemex o la de manufactura que anuncia el TMEC detonen el crecimiento económico por arriba del 4 por ciento, más vale tomar un té de tila y rogar por calma. Así, México no es ni será "un país rico", aunque acaben con la terrible corrupción.

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