Parteaguas

‘Más nos debilitan, más gente se nos va a ir’

La balanza comercial agropecuaria de México sumó en abril mil 763 millones de dólares, monto 8.2 por ciento más bajo que en el mismo mes del año pasado.

Con que hayan terminado la prepa, puedan levantar unos 25 kilos y quieran regar y cortar espinacas, hagan los trámites legales correctos y podrían terminar trabajando en Carmel by the Sea, muy cerca de San Francisco, California.

A cambio, pueden cobrar 420 dólares semanales, el equivalente a unos 10 mil pesos mexicanos. Si tienen licencia y saben manejar, su ingreso puede dispararse.

¿Qué detendría a un connacional para tomar la opción, además de dejar a su familia?

El impresionante boom del negocio mexicano de alimentos, con oportunidades en las 'berries', como fresas y frambuesas; el aguacate, la cerveza, o la producción de carne.

Pero algo cambió hace poco más de un mes. Una fuerte crisis se aproxima y quizá California ya no se vea tan lejos.

Permitan un dato técnico: en abril, la balanza comercial agropecuaria sumó mil 763 millones de dólares positivos para México en su intercambio comercial de verduras, carne y alimentos con el mundo. Los mexicanos recibieron más que lo que pagaron.

¿El problema? Que ese monto es 8.2 por ciento más bajo que en abril del año pasado. No hay registro de una caída así en lo que va del siglo, menos en este sector acostumbrado a entregar datos de ascenso. Obviamente, el Covid-19 jugó su parte.

Hace 10 años ese dato fue de 849 millones de dólares y hace 20, de 459 millones. Vaya, ni la crisis de 2009 había detenido al sector agropecuario.

El golpe es tremendo, pero se sumó a varios impactos que parecen dirigidos y amenazan sus despensas:

"Recortan presupuesto de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural: desaparecen los programas de apoyo a la agricultura comercial, prohíben el uso de algunos productos para la protección de cultivos y otros que sacarían de mercado a los agricultores, eliminan los estímulos fiscales a la gasolina y al diésel para uso agropecuario y pesquero", informó esta semana en un texto el gremio que une a empresarios de alimentos: el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), que además acusa una creciente inseguridad que le impacta en robos.

¿El título del comunicado? "Decisiones gubernamentales están acabando con el agro mexicano". ¿Parece exagerado? Consideren el caso del polémico glifosato.

Es una sustancia química usada por los productores de casi todo lo que da la tierra, que evita que las hierbas crezcan en las plantaciones. Es un herbicida usado en muchos países.

Su polémica se basa en la discusión entre quienes aseguran que daña la salud de las personas y aquellos que creen lo contrario.

Quien encabeza la Semarnat está en el primer grupo y desde noviembre esta dependencia a cargo de Víctor Toledo dejó de conceder permisos de importación de esta sustancia que sólo se produce en el extranjero.

"(Se debe) eliminar en forma progresiva la importación y el uso del glifosato en México, ya que hay evidencias claras del daño que este compuesto químico ha causado a la salud de la población y a la biodiversidad", advirtió el mes pasado Toledo.

En la práctica, la eliminación no fue progresiva sino de tajo, a decir de Bosco de la Vega, líder de los miembros del CNA, y Toledo no ha aceptado conversaciones.

De facto, sin glifosato la opción es que los trabajadores quiten las hierbas a mano, lo que a decir del CNA retrasa y encarece procesos. Eso resta competitividad frente a productos importados que usando glifosato, pueden entrar a México a un precio más bajo.

Habrán de hacer el trabajo quienes hoy, ante la contingencia pandémica, están más solicitados en Estados Unidos, que el mes pasado quitó limitaciones para visas H2A y H2B.

Quien trabaje en el campo puede optar por quedarse y enfrentar la incertidumbre de un sector muy activo que ahora parece apagarse o... ir, tal vez, a Carmel by the Sea.

"Florida, California, Canadá, quieren más gente, nos están quitando la gente, en la medida que más nos debilitan, más gente se nos va a ir", comentó ayer Bosco de la Vega.

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