Parteaguas

Los americanos los contrataron… y pueden despedirlos

El análisis que Biden haga durante los dos siguientes meses puede decidir el futuro de la industria energética de Estados Unidos.

Pemex llegó a producir durante algunos días más o menos la misma cantidad de crudo que todas las petroleras que operan en Estados Unidos.

Su producción simultánea de alrededor de 3.5 millones de barriles diarios ocurrió durante algunos días de 2005 porque se mezclaron dos factores: una inversión histórica aplicada en yacimientos como el otrora gigante Cantarell y en esos mismos días, una tragedia: el Huracán Katrina golpeó la costa más petrolera de Estados Unidos, eliminando de tajo una cuarta parte de su producción nacional.

Pero entonces, México y Estados Unidos estaban más o menos en la misma liga en materia de extracción y venta de crudo. Ahora, el vecino es el mayor productor del mundo, por arriba de Arabia y Rusia; México fue superado por naciones como Brasil.

La producción de la Unión Americana alcanzó 13 millones de barriles diarios antes de la pandemia y hoy se ubica en unos 11 millones de barriles. En México, Pemex batalla para no caer de 1.6 millones de barriles por día.

Ahora, la rápida carrera de Estados Unidos enfrenta un tope.

La llegada del presidente Joe Biden implicó una avalancha de instrucciones para la burocracia de su país con la intención de detener la influencia de esa nación en el calentamiento global que repercute en un cambio climático en el planeta.

Entre los mandatos está el de cambiar el modelo de emisión de permisos de extracción para elevar el nivel jerárquico de quien los firme.

El Departamento del Interior emitió una orden que obliga a que sea un funcionario de alto rango quien signe una autorización para una nueva actividad de perforación de petróleo y gas. La firma de cada permiso en tierras federales deberá darla gente relacionada directamente con el secretario en cuestión, al menos durante los siguientes 60 días que indica la instrucción.

En el gabinete presidencial suelen temblar las manos a la hora de asumir responsabilidades directamente.

¿Por qué es relevante el asunto? Porque Estados Unidos se trepó a la cima del podio mundial petrolero justamente con permisos acelerados. La razón está en el tipo de suelo y la tecnología más exitosos para producir petróleo en ese país.

Es el fracking, que consiste en el rompimiento de rocas subterráneas que contienen hidrocarburos, pero que el pozo agota rápidamente, por lo que el sistema requiere de una acelerada perforación en zonas aledañas y una repetición constante del proceso. Cada pozo requiere de un permiso. Al menos 400 solicitudes esperan firma, de acuerdo con The Washington Post.

No habrá un impacto inmediato en la producción petrolera de Estados Unidos, pues las empresas acumulan todavía permisos previamente aprobados por la administración del presidente Donald Trump, que tuvo una visión opuesta y en favor de la producción de combustibles fósiles.

El análisis que el gobierno de Biden haga durante los dos siguientes meses puede decidir el futuro de la industria energética de ese país en el mediano plazo y puede incitar confrontaciones con los empresarios de ese país.

Ellos, que influyeron abiertamente en la victoria demócrata, levantaron su defensa desde el inicio, a la llegada del nuevo mandatario por medio de una carta publicada el miércoles, titulada así:

"To our nation's elected leaders: Americans hired you. It's time to do the job" o bien, "Para los líderes electos de nuestra nación: los americanos los contrataron, es hora de que hagan el trabajo". Está firmada por la presidenta y el director general de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Suzanne Clark y Tom Donohue, respectivamente.

Con ésta conceden su apoyo al presidente para reactivar la economía, con programas rápidos de capacitación de la fuerza laboral y reformas al sistema de inmigración para satisfacer las necesidades de su nueva economía.

"Al mismo tiempo, la cámara advierte enérgicamente contra el regreso a una regulación excesiva o impuestos anticompetitivos", advierte el texto de la organización empresarial más poderosa. Un mensaje alterno: Los americanos los contrataron… y pueden despedirlos.

El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero

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