Parteaguas

Lo más importante que dijo Slim

Slim debe su creciente negocio a su empuje y habilidades, pero hoy le debe más quizás a quienes hicieron indispensable tener hoy un smartphone para comunicarse vía WhatsApp.

Carlos Slim Helú volvió a hablar públicamente el miércoles sobre la conveniencia de que la gente trabaje menos días a la semana. Tres días en lugar de cinco, propuso… de nueva cuenta. Lo ha sugerido ya otras veces.

Una razón para que esta iniciativa no avance es probablemente que el mensaje ha sido recogido en pedazos y no en toda la dimensión a la que aspira el magnate.

Una frase que Slim soltó durante su participación virtual en un encuentro de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), fue recogida con tino por El País, pues dibuja hacia dónde quiere ir el mexicano con su campaña:

"Hay un cambio civilizatorio de la sociedad industrial a una nueva civilización tecnológica que tiene efectos muy positivos".

Los mexicanos no están enfocados en resolver su problema fundamental y a decir de lo dicho por Slim, tampoco los españoles tienen eso resuelto.

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador intenta dar empleo, lo que podría resolver el problema de la desocupación causada por la pandemia.

Incluso podría presumir de que lo está consiguiendo, particularmente en Tabasco y Campeche, que reciben cañonazos de inversión petrolera y de acuerdo con cifras del Inegi, ambas entidades revirtieron en marzo la caída de su economía.

Pero el problema fundamental no es crear empleo de corto plazo. Eso lo hizo México ya recientemente y de nuevo topa con la creciente informalidad y pobreza.

Lo consiguió abriendo la puerta a fabricantes de cosas, desde coches hasta máquinas, quienes pagan lo menos que pueden a sus trabajadores a fin de no reducir más las pequeñas ganancias que entrega la manufactura.

El año pasado, los accionistas dueños de Ford se quedaron con unos 30 mil pesos del millón que cobraron por cada Mustang. El margen de utilidad neta de la compañía ya es de sólo 3 por ciento.

El problema a resolver tanto de México como de España –si hay interés de continuar en el juego económico global– es el de la generación de riqueza y para generar riqueza es necesaria la productividad. Que lo que la gente hace valga más.

Por eso, tal vez, Slim habla del paso de una sociedad industrial a la de una civilización tecnológica. El magnate mexicano y sus socios accionistas en América Móvil, dueña de Telcel, cobraron en términos relativos el doble de lo que se embolsaron los de Ford. Su utilidad neta fue de casi 7 por ciento el año pasado, de acuerdo con datos de Bloomberg. Son 70 mil pesos por cada millón que cobraron por la vía de recibos de internet y telefonía.

Y no son ellos quienes se benefician más del brinco tecnológico.

Slim debe su creciente negocio a su empuje y habilidades, pero hoy le debe más quizás a quienes hicieron indispensable tener hoy un smartphone para comunicarse vía WhatsApp, por ejemplo.

El dueño de esa plataforma es la empresa Facebook, de Mark Zuckerberg.

Convertidos a pesos sus dólares, él y sus accionistas se embolsaron el año pasado 330 mil pesos por cada millón cobrado. La empresa entrega una utilidad neta de 33 por ciento. Por eso pagan mejores salarios que las fábricas de máquinas.

¿Necesita esa compañía a trabajadores de lunes a viernes? Probablemente, no.

Quizás requiera en algunos casos a individuos que durante tres días duerman apenas unas cuantas horas para crear un nuevo algoritmo que provoque que el video que más gustó a sus amigos esta semana, aparezca en el chat 'del grupo' en Whatsapp y eso derive en más reacciones o engagement, como suelen llamarlo los muchachos de Facebook.

Por Zuckerberg, que esos miembros del equipo se tomen un mes de descanso después de conseguir una meta como ésa u otras en proceso. Él podría quizá vender más publicidad y aumentar a 350 mil pesos la ganancia por cada millón.

Facebook es la más conocida, pero la lista de empresas trabajando en tecnologías de la información, energías renovables, aprovechamiento del agua y genómica, crece cada día, bajo el radar de muchos.

Eso generará riqueza a las regiones en las que estén basadas. México o España no se caracterizan por la creación de esos 'unicornios', desafortunadamente. Todavía. Aquí la meta es la 'generación de empleo'.

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