El problema ya empezó en Norteamérica y viene camino al sur. El sábado la empresa Smithfield Foods comunicó que cerró su planta estadounidense de Dakota del Sur debido a que 80 de sus tres mil empleados dieron positivo al coronavirus causante de Covid-19.
Solo esa instalación surte aproximadamente 4 por ciento de la carne de cerdo de ese país, de acuerdo con medios locales.
En ese país, muchos choferes que transportan alimentos en sus camiones evitan viajar ante la escasez de hoteles y baños abiertos, requeridos durante sus traslados. Algo similar al sur de la frontera.
Antes, en ánimo de evitar contagios, el gobierno de Canadá había retrasado el programa anual de traslado de mexicanos que trabajan en la cosecha de primavera de ese país.
La presión de productores de esa nación motivó un cambio en la posición gubernamental a un punto tal que el país norteamericano reabrió sus puertas ante el riesgo de perder producción alimenticia indispensable para la subsistencia de su gente durante la contingencia actual. Viajarán miles a cumplir con el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales, pero con una condición: "A su arribo, los trabajadores deberán cumplir con una cuarentena obligatoria de 14 días, durante la cual gozarán de un salario y estarán exentos de erogaciones que pudieran derivar de este periodo de aislamiento", informó la Secretaría de Relaciones Exteriores, a cargo de Marcelo Ebrard, el 9 de abril.
"México muestra su apoyo al sector productivo canadiense mediante la llegada de trabajadores agrícolas mexicanos declarados esenciales por el rol fundamental que desempeñan para garantizar el abasto de alimentos en Canadá", apuntó la dependencia.
El hecho es que falta gente de campo en todo el mundo. Los productores defienden en estos días una frase: los médicos están en la primera línea de combate, pero los agricultores van a la retaguardia en esta guerra.
Al Consejo Nacional Agropecuario (CNA) encabezado por Bosco de la Vega, organización privada que agrupa a empresas como Bachoco y Bimbo y a personas productoras de comida llegan cada semana señales de alerta: que Rusia y Kazajistán limitan sus ventas al exterior… que el gobierno de Vietnam ya no está dando certificados para exportar.
A México el foco amarillo llegó en forma de huevo. El Inegi reportó que en marzo este producto elevó 26 por ciento su precio con respecto al mismo mes del año pasado. Dar de comer a las gallinas cuesta 25 por ciento más ante la cotización en dólares de su alimento.
El frijol subió 16 por ciento. Arroz, pollo, leche aumentan su cotización nacional por arriba del promedio de inflación que registra el Instituto.
"Uno de los sectores esenciales para enfrentar esta crisis es la producción de alimentos. Se debe cuidar que la cadena de suministro no se vea afectada, desde la proveeduría de insumos necesarios para la producción agroalimentaria, la movilización de los trabajadores y jornaleros", expuso el director del CNA, Luis Fernando de Haro, en su columna dominical del Sol de México.
Hay algo con lo que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador puede ayudar mucho: mejorando la seguridad de camiones que son asaltados con frecuencia en las carreteras.
"Es otro factor que están pensando que va a incrementarse ante la falta de expectativas económicas debidas a la propia pandemia y la ocupación de las fuerzas federales en la atención a los esquemas de salud, lo que se está visualizando es que la seguridad en las carreteras terrestres pudiera venir a la baja con un incremento mayor en robos", me explicó Jacobo Cabrera Palos, vicepresidente del CNA. Este asunto no cabe en una columna, mañana continuaré.
Consulta más columnas en nuestra versión impresa, la cual puedes desplegar dando clic aquí