Parteaguas

Ahora sí… ¿las quesadillas son de queso?

¿Es posible que las empresas den aceite por leche? Sí es posible, pero de lo posible a lo cierto hay una distancia y para acusar hay que tener todos los pelos de la vaca en la mano.

Entonces, todos estamos jugando. Algunos dicen que es queso, pero otros que no es queso… o no es 100 por ciento queso de leche, sino que contiene aceite… ¿de girasol?, ¿de soya? Entonces la discusión ha terminado y las quesadillas no son de queso, empezando por que... ¿son aceitillas?

Todo parece una mala broma. Vino una instrucción de la Profeco para que las tiendas no vendan Fud… Nochebuena… Caperucita… porque no son de leche o no totalmente, y ayer el Walmart cercano a la casa todavía vendía, entre otros, queso Philadelphia. Entonces uno ya no entiende nada. Habrán de definir verdades pronto.

Lo que urge entender es el contexto: ¿vender alimentos es un buen negocio? ¿Conviene hacer trampa para ganar algo de rentabilidad? A ver Juan, no salen los números del trimestre, haz filetes la vaca y trae acá la manteca Inca...

Veamos a un par de los directamente involucrados en las acusaciones: Mondelez y Sigma.

La primera es la productora del citado queso crema y es gigante. Ya dijo que las autoridades se equivocaron.

"Debemos resaltar que dicha orden de 'inmovilización' girada a la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), por la Dirección General de Normas de la Secretaría de Economía, genera sorpresa y desconcierto a nuestra compañía, toda vez que está totalmente infundada y daña la reputación de nuestra marca", divulgó Mondelez.

La productora de Philadelphia reportó ingresos globales por 25 mil 868 millones de dólares en 2019. Fue menos de lo que vendieron en 2018 y este año no pinta mejor. Sus ventas cayeron 2.5 por ciento hasta junio respecto al año pasado.

Esa caída en parte se debe a que los mexicanos bajaron alrededor de un 10 por ciento al chicle en este país que mastica unas 200 toneladas diarias de eso que sale de cajas como las de los Trident. Ya les contaré aquí después.

No son los mejores días para la empresa con oficinas centrales en Chicago, pero ¿motivaría eso cambiar la leche por el aceite? La compañía que en el país de las quesadillas preside Oriol Bonachola no parece estar contra las cuerdas como para arriesgarse a engaño vil.

Sus ingresos siguen bajando, pero su rentabilidad aumenta. Este año entrega a sus accionistas más de 14 centavos de utilidad neta por cada dólar que cobra la compañía. El año pasado les dio medio centavo menos.

Además hace pública con frecuencia su relación con lecheros del Bajío mexicano que seguramente están al pendiente de esta novela. Sería difícil, además, que Mondelez se manifestara así de la decisión de la Profeco, si la realidad fuera diferente:

"Contamos con evidencia mediante la cual el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor de la Profeco, el pasado 25 de septiembre emitió los resultados favorables en cuanto al estudio de calidad que realizó a nuestro producto, validando con ello su cumplimiento normativo", respondió oficialmente la fabricante de queso crema.

Luego está el caso de la dueña de los quesos y salchichonería Fud. Sigma Alimentos está basada en San Pedro Garza García, responde al mando de Rodrigo Fernández y la empresa también negó las imputaciones en su contra.

Cerró el año pasado con ingresos por más de 6 mil 400 millones de dólares, aunque en una clara distancia con Mondelez entregó apenas 3 centavos por cada dólar a sus dueños.

En este complicado 2020 sus ventas caen 10 por ciento con respecto a las del año pasado. ¿Por qué? Los restaurantes operan a medias y bajaron sus compras al mayoreo. No obstante, como en el caso de la compañía de Chicago, su margen de utilidad también creció y en este año podría entregar unos 5 centavos por dólar a sus accionistas. Cosas de eficiencia que dejan las crisis.

¿Es posible que las compañías den aceite por leche? Sí es posible, pero de lo posible a lo cierto hay una distancia grande y para acusar hay que tener todos los pelos de la vaca en la mano. Porque de pronto, algún funcionario con ganas de likes puede meter al país en el lío de dañar el valor de una marca, sin bases. Y el erario hoy no tiene para compensaciones, por ejemplo, para una marca que según Interbrand vale 9 mil 915 millones de dólares, como la raspada fabricante de yogur Danone. Por ejemplo.

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