Una herramienta presentada ayer provoca una duda: ¿después de este año volveremos a llamar a un call center, y si lo hacemos, nos contestará un humano?
¿Qué es un call center? Para los que nunca han estado dentro de uno, sepan que se trata de un piso de un edificio lleno de ‘corralitos’, mamparas que sirven para distanciar filas de veinteañeros que generalmente cumplen con la función, por ejemplo, de cambiar la fecha de su vuelo.
Cada uno de ellos porta una diadema útil para hacer o recibir llamadas y tiene cerca una computadora en la que teclea las funciones necesarias para resolver el lío, digamos, de quien acaba de perder su billetera con todas las tarjetas de crédito.
En México, esos negocios pagan alrededor de 10 mil pesos mensuales a sus empleados y resultan una solución de empleo para estudiantes que necesitan pagar la universidad. Aquellos que desde acá atienden a extranjeros en inglés, se convirtieron en una red de recepción de paisanos que ya no pudieron o no quisieron regresar a Estados Unidos y ellos conviven con clasemedieros beneficiados por la educación básica bilingüe.
¿Han llamado recientemente al ‘servicio al cliente’? ¿Tuvieron la suerte de hablar con un humano? Ellos están laboralmente amenazados y desde ayer, sus funciones tradicionales entraron probablemente en extinción.
Hay que ir paso a paso. Si ustedes usan Google con frecuencia, saben que el proceso de búsqueda empieza con una pregunta como ésta: ¿Cuándo es el mejor momento para viajar a España?
“Los mejores meses para viajar a España son marzo, abril y mayo (primavera) y septiembre, octubre y noviembre (otoño), ya que el turismo y los precios bajan y el clima es más agradable”, me respondió, enviándome a un sitio de Western Union.
ChatGPT me entregó de un golpe todo un análisis de recomendaciones que concluyó con una respuesta más ‘humana’:
“No hay un ‘mejor’ momento universal para visitar España; depende de tus intereses, el clima que prefieras, y si deseas evitar o buscar eventos y festivales específicos”.
Con la experiencia acumulada, quienes saben de programación de computadoras piensan que lo que los humanos vienen lanzando ‘prompts’ desde hace tiempo, cada vez que entran al buscador.
Prompt es una palabra para la que no hay traducción directa, pero a quienes saben de tecnología les gusta usarla para referir las peticiones que la gente hace a herramientas basadas en inteligencia artificial.
Desde hace meses, la gente lanza ‘prompts’ a ChatGPT, para pedir casi de todo, desde escribir un mail con una redacción ‘profesional’, hasta el guion para hacer una presentación en Powerpoint acerca de los resultados del mes.
¿Esas peticiones a la computadora no se parecen al tipo de solicitudes que hacen ustedes a quien trabaja en un call center?:
¿Cuánto tardan en reponer mi tarjeta? ¿Cuánto cuesta hacer un cambio de itinerario en mi vuelo? Pero hacerlas implica llamar, esperar que alguien conteste y después de minutos y enojos, conseguir lo que uno quiere.
¿Y si esa fricción terminara y todo se solucionara en segundos? Ustedes serían un poco más felices y las empresas ahorrarían dinero.
Adam Selipsky, CEO de AWS, dijo ayer en Las Vegas que para su equipo, las preguntas que ustedes hacen a empleados de bancos o de una aerolínea, ya los consideran prompts que su herramienta Bedrock puede resolver con la inteligencia artificial de Anthropic.
Ésta se conecta a los sistemas de administración de la empresa, hace ajustes, puede cobrar, y todo sin humanos que podrían cometer errores. En minutos.
Durante su evento anual re:Invent, presumió que en la aerolínea o el banco pueden estar confiados de que los datos están seguros en un ‘almacén’ privado en la nube de AWS.
Lo más novedoso: todo está conectado por medio de una red paralela de internet de banda ancha basada en el “Proyecto Kuiper”: una constelación de 3 mil 236 satélites (recuerden que el fundador de Amazon y de AWS, Jeff Bezos, tiene su propia aventura espacial: Blue Origin). Todo, disponible ya. Ojo, no es la única empresa en esa competencia.
Los call centers deben ofrecer nuevos servicios. Es el reto frente a una amenaza tan grande.