No hay datos que avalen. El Inegi, responsable de esa estadística, dice que en la Ciudad de México las rentas de casas y ‘depas’ solo aumentaron 4 por ciento en un año y menos de 4 por ciento, un año antes.
¿Entonces, ese asunto de la ‘gentrificación’ es falso? Esos angloparlantes que ‘invaden’ cafés de barrios como Polanco, Roma o Condesa deben dormir en hamacas… o viajar todos los días a sus ciudades de origen. Tal vez vivan en hoteles, porque las cifras oficiales no avalan un cambio dramático en las rentas de la megalópolis, ni en el país, en donde apenas aumentaron 3.42 por ciento en los últimos 12 meses.
¿Miente el Inegi? Sucede que los datos de esta institución agrupan la información de un modo que impide ver fenómenos que sí están ocurriendo en México, pero en zonas específicas. En la ‘bolsa’ de los datos entran todas las colonias, incluso en las que casi nadie quiere vivir y que por eso no suben de precio.
La falta de indicadores confiables retrasa soluciones. Es sabido que las instituciones tardan en adaptarse a las tendencias.
Pero no hace falta una gran investigación para ver que poblaciones de México enfrentan un problema que golpea a habitantes de muchos países.
Vayan a Google a buscar ‘depas’ por debajo de 20 mil pesos mensuales en la Roma. Uno de 57 metros cuadrados, con dos habitaciones y un baño cuesta 25 mil pesos. Buena suerte con los trámites y el fiador.
Ese problema no solo lo enfrenta la capital. Intenten rentar en ‘Cumbres’ o en el municipio de San Pedro, en Nuevo León.
La renta de vivienda se encarece por la creciente demanda, mientras que menos gente puede comprar su casa ante créditos cada vez más inaccesibles por sus altos precios. Ahora que llegan a los cuarenta, los millennials sufren.
Los bancos centrales vinculados con los gobiernos –como el Banco de México– están provocando desde el año pasado que las tasas bancarias suban para detener justamente las compras, todo para detener la inflación global que enfrentó la gente después de la pandemia. La medicina siempre sabe feo.
Esa misma razón desmotivó a inversionistas privados que hoy construyen menos casas. Particularmente para quienes reciben menores ingresos.
¿Hay solución? Siempre hay creativos que encuentran alguna. Los más brillantes incluso construyen un negocio.
Revoluciones como la que provocaron Uber o Airbnb, pueden venir de afuera. Ojo, por ejemplo, con Buildcasa, una startup de California que acaba de levantar 3.5 millones de dólares en una ronda de financiamiento presemilla. Esta compañía recién creada permite que los propietarios de casas construyan nuevas viviendas en su patio.
El esquema pueden revisarlo en el sitio web de la compañía, pero en resumen, promete pagar hasta 400 mil dólares al dueño por el derecho de comercialización por ese espacio que hoy no usa para nada. Sin perder su vivienda.
La propuesta ataca de frente la falta de oferta y podría poner su grano de arena para bajar los precios.
A veces, los gobernantes también hacen el honesto trabajo para el que fueron contratados… en Nueva York, para este caso. Una polémica ley fue aprobada el año pasado. Se llama Local Law 18.
En corto, a partir de septiembre los neoyorquinos prohibirán las estancias por menos de 30 días en un departamento o casas, en ciertas circunstancias. Por ejemplo, cuando el dueño no esté ahí durante ese periodo. Adiós la renta de alojamiento completo en Airbnb en New York.
La ley exige además que los anfitriones de alquileres se registren en la Oficina de Cumplimiento Especial (OSE) del alcalde. Habrá que ver si la aplicación de esa normativa que ha sido combatida por propietarios tiene algún efecto en el mercado.
Lo relevante es buscar soluciones para una sociedad que tiene derecho a vivir cerca de su lugar de trabajo ahora que el trabajo remoto redujo su influencia. Esperen que las cosas empiecen a moverse pronto en México.