Parteaguas

¿El oso Bimbo se convierte en robot?

Grupo Bimbo planea invertir unos mil 500 millones de dólares este año y parte de ese dinero va a investigación y desarrollo para encontrar nuevas maneras de vender.

Una barra de pan ya cuesta unos 50 pesos en algunas tiendas. Eso representa 10 pesos más que el año pasado.

Eso parece ser el inicio de una larga historia de aumentos en precios, pero al menos Bimbo dice que ya no tiene mucho espacio para elevar más los suyos. Sucede que no solo aumenta el pan en estos días.

Ellos saben que algunos de ustedes no se metían a ver el ticket del súper… hasta este año en el que el papelito compite con el pago de una colegiatura o de unas vacaciones.

Pero los panaderos de Bimbo, los vendedores de masa en Gruma, los de cerdo en Kekén, los de pollo y carne de res. Todos enfrentan el alza en maíz, trigo, gas, gasolina, diésel y… de la gente que cobra por hacer todo, o cobra hasta ahora.

“(Grupo Bimbo) no puede pasar el 100 por ciento de la presión en sus costos a sus precios, así que se enfoca en iniciativas de productividad y los ahorros continúan mientras que aceleran su transformación digital y la automatización”, dice un reporte de JPMorgan fechado el 26 de junio.

Surgió de una conversación que analistas del banco estadounidense tuvieron previamente con Estefanía Poucel, la responsable de relaciones con inversionistas de la empresa que encabeza Daniel Servitje.

Bimbo no revela secretos industriales, pero como todas las empresas, revisa la manera de que haya menos gente involucrada en procesos y más máquinas, que no cobran salario. Eso puede aumentar la productividad.

Aquí expuse antes que Grupo Modelo montó ATO, un sistema que capacitó a operadores para convertirlos en técnicos de máquinas de esas que rellenan botellas de Corona.

Éstas fueron complementadas con sensores conectados a un software que usa algoritmos para hacer predicciones, por ejemplo, de cuando sutiles vibraciones advierten que es indispensable hacer cambios de piezas antes de fallas. Esa inteligencia artificial mezclada con personal más capacitado, redujo a la mitad la necesidad de tener gente en la planta y cada uno de los que se quedaron se hizo doblemente productivo, porque ahora además de empacar, reemplaza a un mecánico.

¿Qué motivó el cambio? Los confinamientos por la pandemia que obligaron a los trabajadores a aislarse para detener los contagios.

Ahora la motivación llegó por la vía de una inflación que todos cargamos.

El equipo de Bimbo planea invertir unos mil 500 millones de dólares este año y parte de ese dinero va a investigación y desarrollo para encontrar nuevas maneras de vender.

Hace años, la compañía revisaba cómo fabricar una máquina que produjera pan en casa, al modo que lo hacen los dueños de una máquina de Nespresso con el café. Hasta ahora no hay evidencia pública de éxito en la encomienda.

Luego se enfocó en la manufactura de camiones eléctricos de reparto para reducir su gasto en energía y su impacto al medioambiente. Hoy la marca automotriz Vekstar tiene una relevancia similar a la de Barcel en la compañía.

Pero Servitje y su equipo venden predominantemente pan y lo hacen muchas veces en supermercados. ¿Cómo vender conchas en días del dios smartphone?

Piensen por ejemplo en que la cadena de tiendas Chedraui explora ya un esquema de ventas de comida a través de Mercado Libre.

Si de pronto esta empresa de origen argentino combina bien con estos tenderos jarochos, los panaderos sean o no de Bimbo, deben encontrar una estrategia para entregar su producto a la moto que pasa volando para entregar una despensa.

Quizás no sea un androide lo que necesitan, pero sí algún tipo de software que conecte el horno con el timbre de su casa.

El Oso Bimbo alguna vez ‘innovó' entregando pan rebanado en bolsas cuando los demás lo hacían en papel. Eso cambió su historia.

COLUMNAS ANTERIORES

‘Esto, la verdad, no es serio’
El ‘OXXO’ ya deja más que ‘Walmart’

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.