Parteaguas

Estados Unidos, el próximo gasero del mundo

¿Qué pasaría si los rusos ya no fueran necesarios para el suministro de gas en Europa? ¿Qué tal si, además, fuera Estados Unidos el que cubriera esas necesidades?

México podría tener como vecino muy pronto a los Estados Unidos más poderosos que hayan existido.

Muchos quizá consideran aún a Arabia Saudita como el más grande productor de petróleo y perdieron de vista que los vecinos al norte hace casi un lustro le quitaron ese liderazgo a los asiáticos ubicados en el Medio Oriente.

Esa influencia va a crecer. Hace unos días el mayor defensor de la energía solar en Estados Unidos, Elon Musk, pidió aumentar urgentemente la producción de gas, útil para generar electricidad. Esta semana se sumó a esa petición el líder del mayor banco estadounidense.

Ambos, motivados por la guerra en Ucrania que evidenció cómo un autócrata como Vladimir Putin mantiene en funcionamiento a Europa gracias a ese negocio.

Si Estados Unidos concreta la misión, ya no solo ostentará el poder financiero y tecnológico de occidente, sino también el energético.

Justo cuando China buscaba una supremacía, el Tío Sam podría consolidar su posición como la superpotencia global.

Europa tiene campos petroleros, particularmente en el Mar del Norte, pero insuficientes para una sociedad acostumbrada durante el siglo pasado a derrochar.

Alemanes, holandeses y sus vecinos se hicieron dependientes del gas y otros combustibles rusos. Paralelamente patrocinaron el poder armamentista de Vladimir Putin y su guerra que les toca la puerta.

¿Qué pasaría si los rusos ya no fueran necesarios para ese suministro? ¿Qué tal si, además, fueran los Estados Unidos los que surtieran esas necesidades?

Esa idea provocó que Jamie Dimon saliera esta semana de su oficina y fuera a dar ante el presidente Joe Biden, antes de que este último viajara a Europa.

El director del banco estadounidense más poderoso, JPMorgan, le sugirió un nuevo ‘Plan Marshall’, un proyecto de inversión inédito como el necesario en los cincuenta, para reconstruir Europa después de la Segunda Guerra Mundial.

El dinero invertido entonces se aproxima a una inversión de 150 mil millones de dólares de estos días, que son más de 3 billones de pesos o casi la mitad de todo el presupuesto anual del gobierno mexicano, como referencia.

Esta vez, el dinero no sería usado para comprar ladrillos, sino para producir gas natural de este lado y lo necesario para que allá puedan recibirlo en barcos, como LNG o gas natural licuado.

La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, y otros altos funcionarios de la administración se reunieron el lunes con Dimon y otros líderes de empresas manufactureras, bancarias y energéticas para informarles sobre el impacto de la invasión rusa de Ucrania, informó Bloomberg.

Cuando Biden se detuvo brevemente en la reunión, Dimon instó a la administración a aumentar la producción del hidrocarburo y reducir el tiempo necesario para obtener permisos para proyectos de energía renovable como parques eólicos, de acuerdo con ese medio estadounidense.

Éste es el mayor obstáculo oficial también para el gas. Biden echó para atrás la facilidad que propició su antecesor Donald Trump, para explotar reservas de hidrocarburos prácticamente sin revisar daño ambiental en la zona. En beneficio del ecosistema, hoy es más difícil obtener la venia del gobierno para ese propósito.

Aún con esas vallas, Estados Unidos alcanzó en diciembre el mayor volumen de producción de gas natural registrado por la Agencia de Información Energética de ese país: 119 mil millones de pies cúbicos diarios. No hay precedentes.

Si bien la mayoría de ese gas se queda en Estados Unidos, sus exportaciones son crecientes hacia su mejor cliente por ducto, México. Por barco envía a Asia principalmente este insumo, pero su clientela en Europa crece rápidamente en España y Holanda.

Esa tendencia podría estar a punto dar un salto a partir de la intención de quitarle a Europa el peso de una dependencia de Rusia, que ahora, lo que son las cosas, se mezcla con precios del gas no vistos desde hace dos años.

Ayer, en el Henry Hub, punto de referencia estadounidense para México, cotizaba en 5.40 dólares por millón de BTU.

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