Parteaguas

¿Por qué se ponen caras las pantallas?

En México estos productos no subían de precio desde 2015, cuando aumentaron menos de 1 por ciento, de acuerdo con datos del Inegi.

Las pantallas de televisión dispararon su precio durante los últimos 12 meses. La razón aún no está clara, pero hay pistas.

México es una potencia. Lo que construyeron sus habitantes durante unos 20 años desde 1994 fue un montón de fábricas que producen desde partes para el motor de un coche hasta aviones casi completos. Un tercio de sus exportaciones son máquinas, y el petróleo quedó relegado en su relevancia nacional.

Solo hubo un problema: no existe en todo el país una sola fábrica de chips o semiconductores como los que tienen ustedes en su coche o en casi todos los aparatos a su alrededor.

El problema fue revelado por Bloomberg Businessweek México hace unas semanas, pero ahora conocemos una posible consecuencia adicional: este año el precio de los televisores o pantallas subió 11 por ciento, mucho más que la inflación general que está todavía debajo de 5 por ciento.

No es solo el fuerte incremento lo que llama la atención, sino que en México estos productos no subían de precio desde 2015, cuando aumentaron menos de uno por ciento, de acuerdo con datos del Inegi.

La razón no parece ser el dólar con el que debe pagarse por estos aparatos o sus componentes. El tipo de cambio cayó casi 20 por ciento en un año y el viernes cerró en 19.83 pesos.

Puede ser la demanda. Mientras más tiempo pasa la gente en la casa, más busca entretenimiento que llega por la vía de Netflix, Disney+ o Amazon Prime.

Pero hay otro factor: la escasez global de chips pudo motivar un encarecimiento de semiconductores que hoy son más demandados que las películas de Marvel.

Cada uno de esos dispositivos cuesta desde uno hasta mil dólares, de acuerdo con reportes de Bloomberg, por lo que un pequeño ajuste en su precio puede golpear toda la cadena. https://bloom.bg/3sPCY0h

Y en verdad puede ser toda. Los precios de todos los electrónicos en México aumentaron 7 por ciento en un año contado hasta la primera quincena de abril, de acuerdo con el reporte del Índice Nacional de Precios al Consumidor del Inegi. Todavía el año pasado habían bajado 4 por ciento. También van tarde si quieren comprar un aparato eléctrico de otro tipo, cuyos precios se elevaron 6 por ciento este año.

¿Qué fue lo que pasó? Que lo que ustedes consumen es distinto respecto a aquello que compraban antes de la pandemia.

Los consumidores del mundo se volcaron por smartphones, computadoras y cualquier dispositivo que les permita conectarse a internet y todo eso elevó la demanda de chips.

El problema es que una fábrica de semiconductores cuesta alrededor de 10 mil millones de dólares, por lo que instalar una nueva requiere 10 veces más dinero, por ejemplo, que el necesario para construir una fábrica de coches. No hay avisos de que una así vaya a ser construida pronto.

La industria automotriz fue de hecho la primera en resentir la falta de chips que ahora son utilizados hasta para abrir las puertas remotamente. Después de los confinamientos forzados que obligaron a cerrar sus plantas, todas intentaron reiniciar operaciones, pero notaron que sus proveedores, como Intel, ya habían encontrado nuevos clientes en el sector electrónico, por lo que tendrían que formarse en la fila para obtener insumos.

La semana pasada Volkswagen avisó que la escasez de semiconductores golpeará sus procesos de fabricación más fuertemente de abril a junio que durante el primer trimestre del año.

Este domingo, The Financial Times publicó un artículo que anunció más golpes a la manufactura como consecuencia de la falta de chips que empieza a contaminar la producción de smartphones, electrodomésticos, y sí, de televisores o pantallas. En los precios de estos productos no hay retorno a la vista.

El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero.

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