Entorno Económico

Los cinco números frente a Banxico

Quizá no sea tiempo de bajar la guardia para Banxico, debido a que su lista de riesgos inflacionarios permanece abultada y no se circunscriben únicamente al corto plazo.

Joel Virgen indica que quizás no sea tiempo de bajar la guardia para Banxico, debido a que su lista de riesgos inflacionarios permanece abultada y no se circunscriben al corto plazo únicamente.

Ya nos hemos referido a que las recientes cifras de actividad económica, inflación y dinámica cambiaria favorecerían condiciones de menor presión para Banxico durante su reunión de esta semana. Estas condiciones le permitirían dejar la tasa de referencia sin cambio y tener mayor espacio para observar la evolución de los principales determinantes de la inflación, sus expectativas y riesgos. Quizás no sea tiempo de bajar la guardia, su lista de riesgos inflacionarios permanece abultada y no se circunscriben al corto plazo únicamente. Dicho lo anterior, opto por centrarme en cinco números, cuya interacción establecen un marco retador para nuestro Banco Central.

Primero, la inflación se ubicó en niveles anuales de 4.52 por ciento y 3.64 por ciento en su componente general y subyacente (que agrupa a aquellos precios de bienes y servicios menos volátiles), respectivamente, en la primera mitad de enero. Lo anterior sorprendió a los mercados, en particular pues se anticipaban mayores presiones reflejadas en precios de la gasolina y los servicios. Sus variaciones quincenales fueron las menores para una primera quincena de enero en al menos tres años, aligerando la presión sobre Banxico al inicio del año. Sin embargo, está por verse si lo anterior significaría la renovación de una tendencia decreciente en la inflación, sobre todo al tomar en cuenta factores tales como el problema de suministro de combustibles, lo cual en algunas entidades se agudizó durante la segunda mitad de enero.

Segundo, para la segunda quincena de enero existe una alta incertidumbre de pronóstico. A juzgar por el consenso de analistas, el estimado para dicho periodo muestra una amplia dispersión. Lo anterior reflejaría una marcada disparidad en supuestos clave hechos por los analistas (me arriesgaría a pensar que sobre los mismos elementos mencionados). Por ejemplo, según la encuesta de Bloomberg, actualmente conviven estimaciones de variación mensual tan bajas como 0.12 por ciento y tan altas que alguna supera 0.30% para ese mismo periodo.

Independientemente de lo que revele la cifra este mismo jueves, creo conveniente no echar las campanas al vuelo mientras subsistan tantos riesgos inflacionarios ligados a los efectos retrasados de altos precios de gasolinas y debilidad cambiaria, aquellos relacionados con políticas públicas recientemente anunciadas y los asociados a posibles periodos de alta volatilidad financiera ligados a eventos clave a desenvolverse durante la primera mitad del año (por ejemplo el proceso de aprobación del TLC 2.0 en el Congreso de EUA).

Tercero, Banco de México acaba de reiterar sus estimaciones para el último trimestre de este año, con inflaciones general y subyacente en 3.4 por ciento y 3.1 por ciento, en el mismo orden. Estos pronósticos son los mismos publicados en su Informe del Tercer Trimestre del 2018 y confirmados en el Programa Monetario del 2019 publicado la semana pasada. Así, el Banco Central refrenda su expectativa de la continuación de un proceso de convergencia en la cual ambos componentes de la inflación cerrarían por debajo del límite superior del intervalo de variabilidad establecido por la institución autónoma (3 por ciento +/- 1 por ciento). Los estimados de Banxico también establecen que la inflación general alcanzará su objetivo puntual de 3 por ciento en el primer semestre del 2020.

Cuarto, tomando en cuenta lo anterior, cabe destacar que las expectativas del consenso (Encuesta Citibanamex) aún se mantienen muy cerca de 4 por ciento para el cierre de este año y no precisamente en 3.0 por ciento para el 2020 (de hecho, se ubica en 3.7 por ciento). Así, hay una discrepancia entre los estimados de Banxico y los del consenso de analistas en cuanto al alcance del proceso de convergencia de la inflación. Desde luego, la incertidumbre es alta. Por ejemplo, la dispersión del pronóstico del consenso es de casi 20 puntos base para el 2019 y ligeramente superior a eso para el 2020.

Quinto y último, destaco un hecho significativo. Desde el 2003, el objetivo puntual de Banxico es de 3 por ciento de inflación (con un intervalo de variación de +/- 1 por ciento). En ese lapso, la expectativa de largo plazo de los analistas se ha mantenido en 3.5 por ciento, a pesar de que la inflación general anual ha promediado por arriba del 4 por ciento. Así, es interesante subrayar que, frente a tales discrepancias, se deja ver un voto de confianza claro por parte del consenso de analistas. Sin duda, la autonomía y credibilidad en Banxico es uno de sus principales activos.

COLUMNAS ANTERIORES

No hay enigma detrás de un peso fuerte con reducción de tasas de interés
Banxico y sus circunstancias

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.