Entorno Económico

Crecimiento 2021: Hagamos números

El proceso de vacunación y los nuevos esfuerzos de política fiscal y monetaria podrían sorprendernos favorablemente, creando un ambiente propicio para la recuperación.

Es muy probable que este mismo viernes 29 de enero, la cifra oportuna de PIB del cuarto trimestre de 2020 revele que la economía mexicana se habría expandido en cerca de 2.7 por ciento a tasa trimestral -desde 12 por ciento trimestral en el tercer cuarto. Dicho pronóstico tomaría en cuenta no solo las cifras recientes de IGAE para noviembre y nowcast para diciembre, sino también el esperado agotamiento del carry o acarreo estadístico a tasas trimestrales. De materializarse tal pronóstico, la economía habría caído en un histórico 8.8 por ciento el año pasado. Lo anterior ya es historia. Sin embargo, podemos partir de estos números para hacer tres observaciones respecto al posible crecimiento económico durante el presente 2021.

Primero. En ausencia de un nuevo encierro social y económico generalizado en México, que trajera consigo una nueva aguda recaída económica, no debería sorprender el esperar una tasa de avance económico de al menos 3 por ciento. Lo anterior debido a que ese es precisamente el tamaño del acarreo o carry estadístico para el año que comienza. Dicho acarreo se entiende como la tasa de avance económico que se observaría este año si se asumiera una economía estancada en el nivel de cierre del año pasado (cuarto trimestre). Dicho de otra forma, la baja tasa de comparación anual (2020) deriva en una ventaja aritmética sobre la variación anual de 2021.

Segundo. Tomemos en cuenta por un momento dos supuestos, a manera de niveles de referencia analíticos. En primer término, supongamos que la economía se recupera durante 2021 a un ritmo similar a la mediana de crecimiento tras la crisis del Tequila (mediana de crecimiento trimestral de 1.1 por ciento, similar a la observada de 1996 a 1999). Si este fuera el caso, la economía mexicana podría expandirse en cerca de 5.5 por ciento a tasa anual durante 2021.

En el segundo supuesto, la actividad económica se recupera a un ritmo trimestral similar al posterior a la Gran Contracción de 2009 (0.7 por ciento la mediana de 2010 a 2018). En este caso, el crecimiento anual del PIB sería de 4.7 por ciento.

En lo personal, veo remota la materialización de dichos escenarios considerando por un lado que la demanda externa no es robusta y el peso no se encuentra profundamente subvaluado como en 1995 -lo cual sentó las bases para una salida acelerada de la recesión de la mano de las exportaciones-. En el caso de la segunda referencia analítica, me resultaría sorprendente asumir que el sendero de crecimiento potencial ha quedado intacto en México y que la economía puede recuperarse a un ritmo similar que en el periodo posterior a 2009. Desde luego, el efecto de los estímulos pasados y futuros en Estados Unidos serán determinantes.

Tercero. Soy de la idea de que la profunda contracción económica de 2020 pudo haber erosionado la capacidad de crecimiento de la economía mexicana, lo anterior también profundizado por la ausencia de medidas fiscales contracíclicas. Si este fuera el caso, suponiendo un ritmo de avance cercano a 0.3 por ciento trimestral durante el presente año, nuestra economía podría cerrar 2021 con una recuperación de 3.7 por ciento.

Sirvan las anteriores referencias para ubicarnos entre lo que es posible observar y lo que requeriría de supuestos extraordinarios -como es el caso de avances anuales cercanos o mayores a 5 por ciento.

Tomando en cuenta todo lo anterior, no debe de olvidarse que el proceso de vacunación a nivel local y mundial, los nuevos esfuerzos de política fiscal en EU y monetaria en México y EU, podrían sorprendernos favorablemente, creando un ambiente propicio para una mayor recuperación. Crucemos los dedos.

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