Entorno Económico

Banxico: El arte de cerrar sin cerrar un ciclo

Para muchos, la oportunidad de una perspectiva más clara la proporcionará el relevo de uno de los subgobernadores de Banxico entre finales de este año y principios del siguiente.

Banxico estaría muy cerca de concluir su esfuerzo de relajación monetaria. Eso es lo que parecen sugerir los últimos dos comunicados de política monetaria y los diversos vehículos de comunicación alrededor de ellos. En términos de implicaciones de mercados y expectativas de analistas, creo que ya no hay mucho más que considerar. Banco de México estaría por hacer su último recorte de 25 puntos base del año en su próxima reunión del 12 de noviembre. Sin embargo, hay dos retos asociados con tal expectativa. Banxico probablemente no podrá reclinarse en su silla confortablemente. A continuación dos factores clave.

Primero. Será difícil señalizar el término del ciclo de esfuerzo monetario, dado el actual clima de incertidumbre que parece extenderse al corto o mediano plazos. Al tiempo que Banxico querrá optar por enviar un mensaje claro de finalización, seguramente querrá también mantener sus opciones abiertas.

No es la primera vez que Banxico enfrenta el término de un ciclo de relajación o restricción monetaria. De hecho, de la Gran Recesión global de 2008-2009 al día de hoy, el Banco Central ha dado por terminado cinco ciclos o esfuerzos monetarios. En todos ellos, en el comunicado de su último ajuste ha sido razonablemente claro en señalar un término.

En tres de esas cinco oportunidades (2008, 2017 y 2019), Banxico ha explicitado que las condiciones monetarias eran ya congruentes con la convergencia de la inflación al objetivo de Banxico en el horizonte en el que opera la política monetaria, palabras más, palabras menos.

En 2014, y para concluir un ciclo de recortes, Banco de México fue excepcionalmente claro en señalar que recortes adicionales no serían aconsejables en el horizonte visible.

En 2009, en el contexto de una profunda recesión, Banxico optó por llamar a una 'pausa' en el ciclo de relajación monetaria. En esa oportunidad se explicitó que las futuras acciones serían consistentes con el balance de riesgos.

Considero que Banxico elegirá una redacción similar a la anterior, donde 'pausa' será la palabra clave y no tanto la idea de término. En el contexto actual, dudo que cualquier banco central limite sus opciones hacia adelante.

La anterior conclusión me lleva al segundo punto de relevancia: Después de la reunión de noviembre, comenzará un periodo de 'tensa pausa'. La expectativa de una recuperación económica pausada y sus riesgos sesgados a la baja nos mantendrán cuestionándonos sobre la fecha en que Banxico retomaría su esfuerzo de relajación monetaria. Creo que esa será la historia de 2021 en materia de política monetaria.

Sin duda, los retos de comunicación de política monetaria están ya presentes y se mantendrán por un periodo prolongado, creo yo.

Para muchos, la oportunidad de una perspectiva más clara la proporcionará el relevo de uno de los subgobernadores de Banxico entre finales de este año y principios del siguiente. Coincido parcialmente, sobre todo si enfrentamos un contexto de profunda brecha de producto negativa, inflación a la baja y revaloración cambiaria ligada a un proceso de fortalecimiento del dólar.

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