En febrero y de manera muy anticipada, los bancos tanto de forma individual como gremial vía la Asociación de Bancos de México (ABM) ya planeaban una ruta para actuar ante la pandemia del Covid-19 y enfrentar la caída de la economía mexicana.
Desde esa fecha, en la parte sanitaria varios habían comprado miles de cubrebocas para todos sus empleados, así como gel antibacterial, entre otras medidas que creyeron convenientes; en la parte económica y siguiendo lo que había pasado en China y en Europa tomaban previsiones sobre los sectores que anticipaban serían los más afectados para tomar acciones preventivas.
En marzo, una vez que la pandemia había tocado la puerta en México, alistaban poner en marcha, junto con las autoridades, medidas contables que les permitieran diferir el pago de los financiamientos de sus deudores y de forma anticipada nuevamente alistaban a finales de ese mes esta opción para sus millones de acreditados.
A tres meses y medio, los 8.3 millones de créditos que la banca tiene registrados para diferir de cuatro a seis meses y que les dio tanto a bancos como deudores un 'respiro' en sus finanzas, directivos reconocen que sólo fue 'patear' parte del problema, ya que en el sector bancario los créditos que se irán a mora o se volverán incobrables, estiman que se empezarán a ver a partir de octubre y es ahí donde ya deben estar preparados, para algo que quizá no se haya visto en años.
Tal cual como ya sucedió en las Afore, que registraron en junio un monto retirado por concepto de desempleo sin precedente de más de mil millones y acumulado al semestre de más de ocho mil millones de pesos, en la banca prevén que la morosidad no sólo toque niveles no vistos y en las familias puedan generar mayores problemas que las tendrá con una marca negativa en sus historiales crediticios por siete años, y eso les cierre las puertas a algo que ya habían logrado, tener acceso a un crédito.
Hoy, nos confirman varios directivos, las pláticas se centran con las autoridades e instituciones, en si se amplía el plazo o no para que se difieran los pagos por más de seis meses, o se vayan al siguiente punto que son las reestructuras; en el caso de diferir los pagos, recordemos que en otros países se dieron hasta 18 meses dependiendo el crédito, lo cual sinceramente aquí no creo que suceda, pero sí temas de facilidades de reestructura que no afecten el historial crediticio.
En el último trimestre del año es cuando consideran que se vivirá el 'verdadero momento de la verdad' de quienes volverán a pagar, si bien hay millones de créditos que sus titulares son 'burócratas' y aprovecharon la oferta, hay millones de créditos más que son de sectores afectados por la pandemia; hoy hay bancos que ya iniciaron de manera proactiva, principalmente con empresas en segmentos económicos como el turismo a plantear reestructuras y periodos de gracia más allá de seis meses asumiendo los costos de ello, pero en la parte de las familias, en este tema aún no hay nada definido de manera gremial, por lo que cada banco decidirá qué acciones tomar si no se logra avanzar, al menos en este tema parece que aún hay tiempo para que decidan.
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Y en el otro lado de la moneda, como les comentaba, los ciberdelincuentes están más que activos. El ataque a Twitter y la toma de control de las cuentas de famosos que hizo que millones no tuvieran acceso a esta red social, sin importar fuera o no verificada la cuenta, deja una vez más a la vista que la ciberseguridad no sólo es el tema, sino el negocio y la carrera del futuro. Por lo pronto, la moneda está en el aire.