Moneda en el Aire

Home office, ¿para todos?

El home office llegó para quedarse, pero no es para todas las industrias ni puestos.

La respuesta inmediata es NO, definitivamente el home office que ha sido la tendencia en todo el mundo y que en México en gran parte de los corporativos del sistema financiero pusieron en marcha con bastante éxito llegó para quedarse, pero no es para todas las industrias ni puestos.

Bien lo decía Larry Fink de BlackRock que cuando regresemos a la "normalidad" serán menos los empleados que pedirán el retorno a la oficina; la gran ventaja del home office es que ha significado ahorros en tiempos de traslado y en muchos casos una mejora en la calidad de vida al estar en el hogar con la familia o incluso comer a horas establecidas, pero sin duda, es un privilegio que todavía pocos siguen teniendo y eso de que las empresas paguen los gastos como luz e internet a los empleados, que fue recién aprobado por los legisladores, seguro lo veremos, pero en muy pocas empresas, ya nos contarán cuáles sí lo llegan a poner en marcha.

Lo que es un hecho, es que muchas personas no piensan regresar a trabajar bajo el esquema prepandemia; una nueva investigación encargada por Kaspersky realizada con trabajadores de pequeñas y medianas empresas (Pymes) en varias industrias coinciden en que más de tres cuartas partes de los empleados mexicanos, que equivale al 78 por ciento, quieren reconsiderar las formas de trabajo anteriores al Covid-19.

Así es, en lugar de volver a la normalidad, los trabajadores ahora están configurando el futuro de los negocios en sus propios términos, ya sea pasando más tiempo con sus seres queridos, con 58 por ciento, ahorrando dinero 50 por ciento o trabajando a distancia 45 por ciento. En el futuro, casi la mitad de los trabajadores mexicanos, 48 por ciento quieren dejar atrás la estructura de trabajo de 9 de la mañana a 5 de la tarde, lo que implicará, sin duda, un cambio significativo en todas las empresas que han visto que en muchas áreas la productividad ha ido en aumento, los bancos, por ejemplo, las tienen bien identificadas.

Manuel Romo, director de Citibanamex, que tiene a una gran parte del corporativo trabajando desde sus casas, e incluso destinaron recursos extras para aquellos que quisieran adquirir una nueva silla en sus hogares, identificaron datos muy interesantes en términos de productividad y que ya están analizando con más detalle.

Por ejemplo, las áreas de tecnología del banco, todo aquello que se refiere a las cuestiones de ingeniería, seguridad o diseño de proyectos, tuvieron un alto nivel de trabajo (recordemos la demanda de servicios de banca en línea se ha duplicado), y al trabajar desde sus casas mostró que eran mucho más productivos que cuando estaban en las oficinas.

Sin embargo, aquellos que están en atención a clientes, como puede ser personal del call center pese a que les instalaron equipo para realizar su trabajo desde casa, no ha funcionado y han tenido que ir regresando y rotando al personal nuevamente a los centros de trabajo, incluso a petición de los mismos trabajadores; la razón de atender a un cliente desde casa, con niños y labores domésticas de por medio no permite una concentración adecuada, por lo que esta es una de las áreas que pese a pensarse a que hablar por teléfono se puede hacer desde cualquier lado, en las condiciones que nos encontramos actualmente, para muchos no ha sido la mejor opción con la familia, niños y animales domésticos que requieren atención.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), desde abril de este año, que ya casi concluye, más del 80 por ciento de las empresas operan por esta modalidad, la cual seguramente en 2021 extenderán, pero el trabajo que sigue y es el más importante indica Michell Ferrari, directora general de Great Culture to Innovate en México, es lograr compaginar y adaptar el home office de manera permanente en la forma en que trabajarán las empresas en el futuro y no solo en esta coyuntura.

A muchas familias les ha resultado benéfica esta forma de trabajar y esta segunda etapa que viene será la más importante, que representa cómo encontrar e ir modificando todos los esquemas tradicionales que hoy se tienen de acudir a una oficina e identificar que hay posiciones que no lo podrán hacer, pero la tarea, considera, apenas inicia para que las empresas acepten el esquema de manera permanente para muchos de los puestos que hoy tienen, y que se logre combinar lo mejor de los dos mundos, la casa y el trabajo, ¿se logrará? La moneda está en el aire.

COLUMNAS ANTERIORES

Sistema financiero sostenible
Sexenio sin alianzas entre bancos

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.