Moneda en el Aire

Es tiempo de pensar en pensiones

Urge encontrar soluciones al tema del retiro de los trabajadores; es el momento de unirse en busca del bien común, más que en criticar las propuestas.

Si algo hay cierto es que México no tiene uno, sino muchos frentes abiertos que duele ver y que costará resolver en el corto, mediano e incluso largo plazos, y costará más si no hay un diagnóstico claro que permita resolver y poner en marcha de forma inmediata soluciones reales y viables para cada uno de ellos.

Con el arranque de 2020, uno de los temas que ya inició una discusión gracias a una propuesta, al menos previa de la Amafore, es que además de trabajar en fomentar el ahorro voluntario, que es sin duda parte responsable de cada uno pensar en la vejez, es también en aumentar la tasa de contribución obligatoria; hoy México tiene una de las más bajas aportaciones de los países miembros de la OCDE, en donde se requiere el aporte tanto del gobierno, como de patrones y trabajadores, tema que deja de lado incrementar la edad del retiro.

También en este arranque de año la Amafore propuso disminuir las semanas cotizadas o buscar algún esquema que permita al trabajador que pueda seguir sumando estas semanas aun cuando este bajo un régimen de honorarios, por dar un ejemplo; es uno de los problemas que padecen más las mujeres que optan por dedicarse unos años al cuidado de sus hijos. Por cierto, la propuesta le mereció críticas hasta cierto grado injustas, de autoridades.

Por el lado de las autoridades, hay ya la definición de que cada semana se reunirán diferentes grupos de trabajo encabezados por la Secretaría de Hacienda para ir definiendo la reforma de 'gran calado' que se piensa hacer y la cual tienen planeado tener lista, luego de un diagnóstico y cálculos actuariales, que aseguran se estarán haciendo en los próximos dos años, ya que la urgencia es real. Se deben definir los sistemas de pensiones de estados, municipios, universidades, qué hacer con muchos de ellos y con el sistema actual en general.

Algo que poco se sabe es que antes de ponerse en marcha los programas de Jóvenes Construyendo el Futuro, vía la Secretaría del Trabajo o las becas a estudiantes, se propuso en su momento al entonces secretario Carlos Urzúa que una parte se destinara para la Afore de los jóvenes, para impulsar así el ahorro para la vejez y no destinarlo al gasto inmediato; Urzúa reconoció, dicen, que era buena idea, pero llegaba tarde ya que ya se había presupuestado y planteado dar el recurso en mano. Ahora no suena descabellado que de seguir esos programas y recursos al menos para la segunda mitad del sexenio, se reconocería que esos programas públicos no son clientelares, sino están hechos para el largo plazo y buscan cambiar en el futuro la vida de los mexicanos al abrirles su primera Afore y destinarle recursos para su pensión, porque son las Afore las que más rendimientos otorgan.

El tema pensionario más que apasionante, es un tema que urge definir, encontrar salidas y soluciones, y hoy es el momento en que más que criticar las propuestas de unos y otros, es unirse en busca del bien común; dejar la arrogancia de lado, los intereses personales y de negocio, y buscar el camino en el cual todos aporten para que las 65.8 millones de cuentas, que representan a millones de mexicanos, encuentren todos juntos el mejor camino para que llegar a la vejez no sea un infierno en la tierra.

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Y en el otro lado de la moneda, la columna del martes pasado dejo claro solo una pequeña parte del gran problema de cuentas bancarias que se usan para recibir depósitos producto de la extorsión o secuestros virtuales. Luis Wertman, quien ha encabezado el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, nos recordaba que detectaron más de 15 mil cuentas bancarias que eran utilizadas para este fin, se reportaron a bancos y a las autoridades en su momento y nadie hizo nada; hoy con el avance de las nuevas tecnologías no dude sean muchas más; ojalá ahora sí se pueda avanzar en soluciones que eviten que el sistema financiero sea utilizado por los delincuentes. Por lo pronto, la moneda está en el aire.

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