Parece que fue ayer, pero ya son seis años desde que la líder sindical Elba Esther Gordillo fue aprehendida por presunto lavado de dinero. La investigación en su momento fue basada precisamente en reportes de operaciones inusuales de la banca, con lo cual las autoridades judiciales en ese momento y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) dependiente de la Secretaría de Hacienda iniciaron el proceso que sabemos cómo terminó.
Esto viene a colación porque como ya hemos comentado en que los reportes de operaciones inusuales, relevantes y preocupantes de la banca son hoy el centro de atención de la UIF un día sí y otro no, e informar qué procesos se están llevando a cabo en contra de determinado sector y persona; en las últimas semanas la lista de bloqueados se ha incrementado con gasolineras y gaseras por evasión fiscal y lavado de dinero, esta semana se informó de una universidad estatal que recibió millones del extranjero —dado que una institución bancaria de gran tamaño hizo el reporte se tomó inmediatamente el caso—, otros bancos de menor tamaño se quejan de que envían reportes que para ellos son sospechosos y no reciben atención.
Pero todo esto puede llegar a no servir, ya que se ha dejado de lado todo el proceso de recertificación de los oficiales de cumplimiento de la banca. En 2015 se realizaron los primeros exámenes para que las instituciones integraran este perfil de vigilante en sus negocios, figura que no sólo ha servido sino que se ha cotizado ampliamente ya que en las primeras rondas de exámenes muchos reprobaron, y hoy quienes tienen esta certificación son prácticamente 'pirateados'.
La preocupación entre los oficiales de cumplimiento es más que entendible, la CNBV no ha emitido desde el año pasado ni lo que va de este las fechas las reglas de la recertificación, que puede pasar que todos los bancos y todo el sistema financiero se quede sin ellos al no contar con esto.
Esta figura fue de las pocas aplaudidas por las autoridades internacionales en la pasada evaluación del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI); el tema indica es que parece no se le ha dado hasta el momento la importancia que tiene, o quizás dado los muchos cambios que se quieren hacer para disminuir costos a algunas figuras financieras o aplicar la regulación diferenciada que es uno de los temas preferidos del actual presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) veamos pronto que sólo a ciertas instituciones se les pida contar con un oficial de cumplimiento, por lo pronto, los miles de reportes siguen fluyendo hacia la UIF los cuales como hemos dicho parece ahora sí están siendo utilizados, aunque eso no signifique que tengamos algún sentenciado y encarcelado gracias a un reporte de una institución.
Por otro lado, en la CNBV siguen a la espera de que se dé el visto bueno a los nombramientos de algunos de los vicepresidentes propuestos, entre ellos José Antonio Quesada quien tiene amplio conocimiento del sector financiero al haber estado en una importante firma que se especializaba en revisar a los bancos, además de que fue presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF). Son otros tres nombramientos más pero todo indica que la tardanza en las designaciones, se debe a que hay algunas inconformidades del secretario Carlos Urzúa no por los perfiles, sino se rumora que hay molestia ya que una recomendada que envió no fue tratada como esperaba y fue enviada a Bansefi, por lo pronto sea cual sea la causa, la institución trabaja a medias en un momento en que hay fechas claves regulatorias que deben vigilar.
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Y en el otro lado de la moneda, en el IPAB ya tuvieron su junta de gobierno que encabezó el subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, al frente de este instituto como secretario ejecutivo quedó Gabriel Limón quien era el jurídico de la institución en los últimos años y que fue aceptado por el gobierno morenista, ¿qué verían para ascenderlo en el cargo? Es raro ver un ascenso en estos tiempos. Por lo pronto, la moneda está en el aire.