La Nota Dura

Sube y baja

En un sube y baja, el mejor momento es cuando estás arriba, el instante en el que te elevas y te despegas del suelo y logras ver las cosas como si volaras.

Creo que la maravilla es que se necesitan dos.

Uno solo no sirve, se queda pegado al piso, sin impulso.

El otro es contrapeso, sorpresa y risa.

Cuando te toca estar pegado al cielo, sientes como si volaras; cuando te toca estar pegado al piso, sientes que el otro te necesita.

No distingue edades: a los tres años genera sorpresa; a los 65, una sensación en el estómago que no recordabas.

El telón de fondo es conocido, aunque muchos nunca hayan puesto un pie ahí.

Es un telón doloroso, ya que el hecho de que exista nos recuerda lo mal que estamos. Ese telón es una herida construida sobre otra herida mayor, y ambas duelen. Pero, por un momento, dejó de ser un telón triste. Por un momento, este lunes nos hubiera gustado estar ahí y jugar por un par de minutos en el patio de niños más desolador del mundo: la frontera norte de nuestro país.

Hace tiempo que no me pasaba. Encontrarme con un gesto cultural, que pudiera ser desmenuzado desde tantos puntos de vista. Una obra que reuniera tantas lecturas y que generara tantas emociones. Una obra bella por su simpleza.

Este lunes, dos profesores de arquitectura de California instalaron sobre el muro que separa México de Estados Unidos (y viceversa), una serie de 'sube y baja' (de los mismos que hay en cualquier parque), cuyo eje está literalmente entre ambos países.

Ronald Rael y Virginia San Fratello llevaron a cabo su proyecto llamado 'Teeter-Totter Wall', a través del muro que separa Ciudad Juárez y Sunland Park, logrando que las familias de un lado jugaran con las del otro. Consiguieron que las sonrisas vivieran, por un momento, a ambos lados.

Un sube y baja es un objeto cotidiano que nos remite a nuestros años felices, sólo que esta vez está puesto donde nos duele.

Las explicaciones que dan los creadores sobre su obra, además de servir como muestra de su fondo teórico, justifica el fondo y la forma de su intervención. En cuanto se subieron los primeros 'pasajeros', comenzaron a cristalizarse innumerables metáforas frente a nuestros ojos.

"El muro se convirtió literalmente en un punto de apoyo para las relaciones entre EU y México. Los niños y adultos se conectaron de manera significativa en ambos lados, representando cómo las acciones que tienen lugar en un lado, tienen consecuencias directas en el otro", escribió en redes Rael, pero podríamos seguir nosotros: ¿o es que hay algo más gráfico de la relación con nuestros vecinos que esa inestabilidad, que esa oscilación?

La idea de los creadores es que familias separadas interactúen en la instalación. Imaginemos que es posible que un padre y su hijo se suban cada uno a un extremo del juego:

-Pesas más que la semana pasada, papá…

-Súbeme otra vez, hijo, ya casi veo nuestra casa…

En un sube y baja, el mejor momento es cuando estás arriba, el instante en el que te elevas y te despegas del suelo y logras ver las cosas como si volaras, por un momento como en un suspiro.

El pasado viernes, la Corte Suprema de Estados Unidos aprobó al presidente Trump un fondo de 2 mil 500 millones de dólares del presupuesto del Pentágono para construir 100 millas más del muro en California, Arizona y Nuevo México. Tendremos muro para construir muchos sube y baja, tendremos cientos en la frontera, lograremos esa metáfora perfecta del sube y baja, uno necesita del otro para seguir, como la vida misma.

(Per Nuria… sempre)

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