La Nota Dura

Sin la 'ñ'

La oficina del NYT en español ponía en alto el nombre y lo que pesa esa firma. Ayer, de manera intempestiva, el diario neoyorquino decidió cerrar esa representación.

Cuando llegó el New York Times a México causó un sismo en el círculo periodístico de este país. La apuesta del diario con más credibilidad a nivel mundial de hablarle al público en español parecía la respuesta de este gigante de los medios a la amenaza de una derecha extrema que despertaba en Estados Unidos. Cuando la Unión Americana mostraba su odio más 'oculto', el Times daba un golpe en la mesa y aprendía a escribir y pronunciar la "ñ".

Empezó con un dream team (bueno, un equipo de ensueño porque la traductora y editora Paulina Chavira le gusta todo en español). Grandes periodistas conformaron esta primera alineación que se aventó al ruedo sin saber a ciencia cierta lo que quería la oficina central. Contrataban grandes editores de reportajes de largo aliento, pero en realidad no tenían los recursos para hacer periodismo de investigación; traducían algunos artículos, pero no quedaba claro cómo o por qué dejaban fuera a los demás; en fin, la oficina del gigante llegaba a acomodarse. Como todo inicio de proyecto costó sudor, esfuerzo, tiempo y sangre, todo eso se puso de parte de todos los que estaban día a día con la firma de las tres letras en su espalda.

Con el paso de los meses llegó lo que esperábamos, el esfuerzo de varios reporteros no sólo en México, sino en toda Latinoamérica, nos contaron con rigor periodístico del más alto nivel la crisis en Venezuela, el proceso de paz en Colombia, la lucha por los derechos en Argentina, el caso de espionaje por parte del gobierno mexicano a activistas, periodistas y defensores de derechos humanos; la oficina del NYT en español ponía en alto el nombre y lo que pesa esa firma.

Ayer, de manera intempestiva, el diario neoyorquino decidió cerrar la oficina, así, de un día para otro. Con un escueto comunicado anunció la razón de su decisión: "Si bien el sitio en Español atrajo a una considerable nueva audiencia hacia nuestro periodismo, y produjo regularmente artículos de los cuales estamos orgullosos, no demostró ser financieramente exitoso".

Elías López, periodista y editor en jefe del NYT en español cuando se formó la oficina en nuestro país –actualmente trabaja para el diario Washington Post–, publicó una serie de tuits que dan una explicación mucho más detallada del cierre: "El Times no tenía ningún plan para monetizarlo. No había estrategias regionales de venta de publicidad ni para convertir a los lectores en suscriptores. Incluso el CMS (plataforma de publicación) era diferente cuando estuve ahí: no servía para atraer a suscriptores potenciales ni ofrecer métricas confiables y marginaba el trabajo".

Es lamentable que esta apuesta periodística llegue a su fin, llama la atención la manera en la que uno de los diarios más grandes del mundo despreció el trabajo de sus periodistas, y peor aún la importancia de su audiencia en español. El "experimento", como ellos mismos lo calificaron, necesitaba más tiempo y, sobre todo, a un grupo de especialistas que lo vendiera; la calidad periodística estaba sobre la mesa, nunca nadie lo ofreció como un producto de la máxima calidad. No lo hicieron "financieramente exitoso", porque no tuvieron la intensión de venderlo.

Me cuesta trabajo pensar que, teniendo una comunidad de 60 millones de hispanoparlantes sólo en EU, más el público latinoamericano, haya fracasado como negocio. Insisto, creo que nunca hubo un modelo. Ayer lo definió en tres palabras el editor Diego Fonseca a través de su cuenta de Twitter: "Patio Trasero Indeed", nunca mejor dicho, así trataron a la redacción con "ñ".

Un abrazo a todos los que iniciaron el proyecto y a los que estuvieron hasta el final. Ya vendrá una segunda vuelta, los que vienen siempre se quedan con la espina clavada.

(Los leemos y los seguimos, Albinson, Boris, Eliezer, Marina, Patricia, Natalia, Elda, Michel, Paulina y Azam).

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