Ayer empezaron a circular los nuevos spots del Presidente rumbo al Segundo Informe de Gobierno. Los que han sido publicados hablan de crisis económica, de la pandemia que ha golpeado al país, e incluso en otro cita al papa Francisco. El eslogan para este segundo año es "Primero la gente más vulnerable". Los infomerciales se publican un día después de que el Presidente ha salido a vender cachitos de lotería para la rifa –no rifa– del avión presidencial. Ruido y más ruido en una agenda cargada de temas importantes que requieren la atención total de un gobierno que no ve el fin del coronavirus y que ahora carga con las imágenes del hermano del Presidente recibiendo dinero en bolsas de papel para el sustento del "movimiento" en un no tan lejano 2015.
En medio de esta agenda hay dos noticias que no han recibido los reflectores que merecen, las dos tienen que ver con el origen y la explicación de cómo hemos llegado a estos niveles de violencia desbordada, donde el crimen organizado controla gran parte del territorio mexicano y su poder parece no tener fin. Las dos tienen que ver con corrupción, las dos golpean a dos instituciones de seguridad de las cuales se han agarrado los gobiernos en curso para 'combatir' al crimen. Las dos merecen investigaciones profundas y explicaciones que ocupen el lugar de cachitos de lotería y de mensajes vacíos de segundo informe.
La primera es la publicada ayer en el diario El País, por la periodista Zorayda Gallegos; el título lo dice todo: "El Ejército mexicano desvió 156 millones de dólares (2,371 mdp) a empresas fantasma entre 2013 y 2019". El reportaje publica cómo la Sedena desvió dinero a 250 empresas que el propio SAT calificó como fantasma, en estos seis años. Las facturas ocupan todo tipo de proyectos "campos, cuarteles y guarniciones en diversas zonas del país; el Heroico Colegio Militar, el Museo Nacional de la Cartografía, un parque eólico ubicado en el istmo de Tehuantepec, el cine del Centro de Atención Social para Militares Retirados, el Campo Militar 37-D en Santa Lucía (Estado de México), la Escuela Militar de Sargentos, la Dirección General de Administración y el cancelado aeropuerto de Texcoco". Nadie se salva del desvío, las altas esferas militares tan cerca del modus operandi de Javier Duarte y demás gobernadores voraces.
La segunda nota es firmada por el periodista Arturo Ángel en Animal Político, y documenta un fraude que supera los 2 mil 650 millones de pesos en la extinta Policía Federal. El desvío ocurrió durante todo el sexenio del presidente Peña Nieto y, según la denuncia en poder de la Fiscalía, los responsables son las tres personas que ocuparon el cargo de la Secretaría General de la Policía Federal, todos a cargo del senador Miguel Ángel Osorio Chong.
Estos son los grandes temas de la agenda nacional. Transversalmente cruzan la seguridad y la corrupción los dos problemas que 21 meses después de su llegada al gobierno ahogan al Presidente.
Constantemente se buscan explicaciones para saber cómo llegamos a donde estamos, bueno, justo así, con instituciones que juraron ser 'incorruptibles' y que hoy exigen una rendición de cuentas total. No podemos perder de vista que más de 20 mil miembros de la Policía Federal son parte de la Guardia Nacional y que el Ejército hoy se encarga de los proyectos más importantes de infraestructura del sexenio; sí, los mismos que desviaron cientos de millones. Otra vez el presidente López Obrador tiene en sus manos el poder de cambiar la inercia corruptible, sancionar a los culpables, enderezar el rumbo. De eso tiene que hablar en su Segundo Informe de Gobierno, no de promesas repetidas y de aviones intrascendentes.