La Nota Dura

La respuesta de Marcelo a la Línea 12

Javier Risco analiza y hace memoria sobre la historia de la Línea 12 del Metro y la importancia del este proyecto en el gobierno de Marcelo Ebrard.

En 2014, la Línea 12 del Metro, la dorada y nueva línea que costó millones de pesos y cuatro años en obra a la ciudad, cerró 11 estaciones porque la administración de Miguel Ángel Mancera, diagnósticos de empresas y las comisiones que investigaron las fallas en la línea, tanto en el Congreso como en la ALDF, aseguraron que había fallas que debían rehabilitarse. Desde ese momento, uno de los proyectos más importantes de la administración de Marcelo Ebrard se volvió en su contra.

Durante meses, el exjefe de Gobierno y la nueva administración comenzaron un pleito por la L12. La Contraloría, entonces dirigida por el hoy policía Hiram Almeida, anunciaba investigaciones y sanciones a más de una decena de funcionarios. El cuestionamiento a Ebrard fue inminente y los 20 meses que el medio millón de capitalinos resultó afectado por el cierre parcial de la línea marcaron su rumbo político en la Ciudad de México.

Para 2015, año de elecciones intermedias, la sombra de esas 'fallas' en su famosa obra pública ya había generado el suficiente conflicto para el exgobernante capitalino y le dio tantas armas a sus opositores políticos que no consiguió ni siquiera una candidatura como suplente. Sin posibilidades de llegar al Congreso, Ebrard dejó el país y se refugió en Francia y luego en Estados Unidos. Casi tres años después, Marcelo ya sabe cómo responder: ¿el conflicto de la L12 lo obligó a irse del país?

Hoy, la L12 no sólo ya funciona, sino que está en proceso de ampliación. Y en plena coyuntura electoral, con Miguel Ángel Mancera –uno de sus principales dedos señaladores– fuera de la contienda presidencial y con la administración más cuestionada en 20 años, Ebrard sabe que ahora puede dar su versión y que, respaldado por Morena como uno de los cinco personajes clave en la búsqueda de AMLO por la silla presidencial, esta vez puede tener más eco que cuando era el villano.

"Soy el único político que tuvo fuego amigo y fuego enemigo", dijo el día que regresó oficialmente a la escena política nacional. Ayer, en entrevista a través de WRadio, no sólo aseguró que los tres años fuera del país no fueron un escape por miedo a las represalias de sus perseguidores políticos, sino que incluso puso en duda la versión oficial del cierre de la polémica Línea Dorada.

"¿Por qué me fui o por qué pensé que era mejor estar en Francia y luego en Estados Unidos? Porque en 2015 no se me permitió siquiera ser diputado federal suplente (…) me quedó claro que no tenía un espacio político en ese periodo y me dediqué a aprovechar el tiempo, porque si no qué haces, te quedas esperando tres años a ver qué pasa", respondió con la seguridad de quien no sólo carga con un colmillo de experiencia de décadas en la política, sino de quien durante 31 meses tuvo esa respuesta en suspenso.

¿Irte no sonó un poco a que estabas huyendo?, se le cuestionó en la entrevista. "No, porque si estas huyendo tendrías que huir de algo, de un procedimiento, de una equis, y griega o zeta, eso no sucedió, yo no tengo ningún procedimiento. Nunca tuve ningún procedimiento ni administrativo ni penal ni de ningún tipo", dijo. Y al menos hoy es una versión confirmada por un Mancera que ya no está concentrado en perseguir a su antecesor, sino en acomodarse en una campaña frentista que lo dejó vestido y alborotado.

Y Marcelo es claro en otra cosa: no sólo dice que no huyó para no ser acusado, sino que no siente culpa o responsabilidad en los 20 meses que las 11 estaciones estuvieron cerradas.

"La decisión de cerrarla no fue mía. La decisión del cierre de la línea se va a tener que revisar, porque esa información de qué se le hizo a la línea no es pública, está reservada", revira el nuevo cazamapaches de Obrador.

"¿Lo que tú dices es que el cierre de la Línea 12 fue por un tema político?", se le insistió. "No, yo lo que estoy diciendo es que no sabemos por qué está reservada la información de qué se le hizo a la línea. Yo no sé y tú tampoco. No está publicado. Los trenes son los mismos, los mismos 30 trenes, ¿qué les cambiaron, suspensión a 12… se pudo haber hecho sin cerrar? Sí. ¿A la línea le cambiaste el trazo? No. Entonces, qué cambios específicos se le hicieron es una información que está reservada.

¿Qué me preguntas tú? Oye, ¿tú te sientes responsable de que se haya cerrado la línea? No, porque yo no tomé la decisión de cerrarla. ¿Se podrían haber hecho todos los ajustes que se le hicieron sin cerrarla? No lo sé a ciencia cierta, porque no sabemos qué se le hizo en detalle (…). La línea es tan pertinente que es la que está ampliando el gobierno actual, esa línea se va a convertir en una de las principales líneas del sistema", responde firme.

En 2015, efectivamente, se dio a conocer que información relacionada con la Línea 12 había sido reservada por el gobierno de Mancera hasta 2020. Y aunque la reserva específicamente refería a lo relacionado con la compra de los 30 trenes y cómo los pagaremos los mexicanos, lo cierto es que a un sexenio de su puesta en operación no hay claridad de quiénes son responsables, de si se trató de un asunto político o de un proyecto mal planeado. ¿Cuántas coyunturas electorales debemos esperar los capitalinos para tener todas las respuestas? ¿Cuántos años más requieren los protagonistas para preparar las explicaciones que, responsables o no, es su obligación dar?

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