La Nota Dura

Instagram y Venezuela

Las redes sociales no deben ser tomadas en cuenta como una trinchera lúdica, no, desde ahí se comunica masivamente, escribe Javier Risco.

Ayer Venezuela vivió una jornada intensa, Juan Guaidó, líder opositor, se proclamó presidente del país al considerar ilegítimo el segundo mandato de Nicolás Maduro, iniciado el 10 de enero pasado. Un minuto después Estados Unidos reconocía al nuevo presidente y llegaba una cascada de apoyos internacionales, por su parte México decidió que "no participará en el desconocimiento del gobierno de un país con el que mantiene relaciones diplomáticas".

Hoy en las páginas de este diario hay un análisis hecho por expertos en temas internacionales que revisan los distintos convenios y hacen un equilibrio de argumentos entre la no intervención y hasta dónde debe llegar la defensa a los derechos humanos; hoy en distintos medios seguirá el debate, hay que escuchar estas voces y ponderar decisiones, dejo el análisis del valor de la diplomacia y de la situación en Caracas a ellos. Se encontrará con voces decepcionadas por la pasividad del Estado mexicano, y habrá otros que aplaudirán la decisión de no sentar un precedente y mantener la coherencia antes mostrada de no intervenir en ninguna decisión que deba ser tomada al interior de un país soberano.

Sin embargo, mientras cientos de miles de venezolanos en Caracas levantaban el puño a favor de Guaidó y hacían frente a un gobierno que ya no los convence, a 6 mil 300 kilómetros, en una oficina en Menlo Park, California, una multinacional valuada en 4.1 billones de dólares, subsidiaria del gigante Facebook, tomaba una decisión política. La red social Instagram quitaba la verificación de la cuenta oficial de Nicolás Maduro y reconocía al mismo tiempo con su famosa paloma azul al opositor Juan Guaidó. Con 493 mil seguidores Maduro dejaba de ser reconocido por la red con mayor crecimiento en los últimos años y Guaidó, con 1.3 millones de seguidores, era verificado. Con mil millones de usuarios activos al mes no es poca cosa que una empresa de comunicación de este tamaño tome decisiones que cualquiera pensaría que le son ajenas; después de lo sucedido ayer, cuántos usuarios más dejarán de ser certificados o bajo qué parámetros esta empresa propiedad de Facebook dictará su reconocimiento.

Si la respuesta va de la mano del posicionamiento oficial del gobierno estadounidense, significaría que la empresa de Mark Zuckerberg ha decidido seguir la misma política diplomática de la Casa Blanca en materia de reconocimiento de líderes mundiales; por el contrario, si se trata de una decisión basada en la situación político-social que vive Venezuela, se abren miles de casos a nivel mundial a estudiar.

Twitter ha sido cuestionado los últimos años sobre los límites que debería poner en casos de discriminación y odio, muchos han dicho a manera de juego que este mundo sería otro si cancelaran la cuenta de Donald Trump. Las redes sociales no deben ser tomadas en cuenta como una trinchera lúdica, no, desde ahí se comunica masivamente. Habrá que esperar un comunicado oficial por parte de esta red social para entender la decisión que, insisto, no es menor sobre el desconocimiento de Nicolás Maduro. ¿Cuáles fueron sus razones y por qué decidieron hacerlo en coordinación con un comunicado del gobierno estadounidense? Estamos frente a un hecho inédito en materia de comunicación, una empresa que controla los datos de 2 mil 200 millones de personas (último censo de Facebook) puede dar un golpe en la mesa en materia de comunicación como cualquier bloque de países a nivel mundial.

Se suman variables a las relaciones internacionales, a la resolución de conflictos, y a quién es quién en una nueva era de interacción social.

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