La Nota Dura

De frente

Las imágenes por las que han sido nominados Pedro Pardo y Yael Martínez son un golpe de verdad, uno fuerte, directo a las partes blandas.

La piel se curte y se endurece frente al sol, el viento y el agua. La eterna repetición de un gesto forma una arruga, un surco cada vez más grande. El roce constante y reiterado del mismo esfuerzo crea un callo, una dureza dolorosa. Nos transformamos para protegernos en nuestras pequeñas armaduras que son también los signos de lo padecido. Si pudiéramos, nos doblaríamos hasta hacernos bolita con tal de ya no sufrir con el sufrimiento de otros.

Nos hemos cansado de mover la cabeza de un lado a otro, de decir que no. De no creer que las cosas suceden. Pero suceden y por fortuna hay quien las ve por nosotros y las captura para que el mundo que no está cansado y no tiene un callo ni una arruga ni está curtido, se conmueva por nosotros que ya no lo hacemos.

Se han dado a conocer los nominados al World Press Photo 2019 y entre los finalistas hay dos fotógrafos mexicanos, Pedro Pardo y Yael Martínez. El primero es fotógrafo de la agencia AFP, mientras que el segundo ha colaborado en diversos medios como The Wall Street Journal y Bloomberg News y ya ha sido premiado previamente por su trabajo.

Las imágenes por las que han sido nominados son un golpe de verdad, uno fuerte, directo a las partes blandas, de los que te doblan las piernas y te hacen tambalear.

La fotografía de Pedro Pardo se llama 'Escalando la valla' y muestra a tres migrantes centroamericanos intentando cruzar la frontera entre México y Estados Unidos en El Chaparral de Tijuana, Baja California.

La composición es bella, lo retratado no: a horcajadas sobre el muro, montada sobre la división se ve a una mujer que estira uno de sus brazos hacia abajo; en el abajo hay un hombre en puntillas esforzándose al máximo para llegar hasta ella; entre ambos, un bebé de meses cuelga de las manos de ella y se despega de las de él.

Quiero saber qué pasó después. ¿Cruzaron? ¿Dónde están ahora cuando su foto da la vuelta al mundo? No hay forma de saberlo, sólo podemos quedarnos con el instante del intento y el resto fabularlo.

El trabajo de Yael Martínez se inscribe en la categoría de proyectos de larga duración y se titula 'La casa que sangra'. Sus imágenes dan fe de otra realidad tan dolorosa como las penurias de la migración: la desaparición forzada. El proyecto nació cuando el propio fotógrafo guerrerense vivió en primera persona este drama, ya que dos de sus parientes están desaparecidos desde el año 2013.

La obra transmite la sensación de estar invadiendo un hogar que debe seguir adelante a pesar de este dolor, una visita que hacemos sin desearlo a la intimidad de una familia rota por la falta. Presencias marcadas por la ausencia. El recorrido por esa casa que sangra termina hiriéndolo a uno. Cada una de las imágenes va construyendo el pesar y se transmite la tristeza de lo vivido y la poca ilusión de lo que se está por venir.

Al recorrer las imágenes de ambos fotoperiodistas, pienso: son trabajos distintos, de tiempos distintos y fruto de miradas diferentes. Pero los personajes, el hueso y la carne de esas fotografías son del mismo elenco. Los unos escapan de lo que los otros han sufrido, los que huyen horrorizados son los ausentes en otras casas que sangran.

La sensación de abatimiento sobrevive a la visión. Es que la fotografía es un reflejo y eso espanta. Premiados están.

COLUMNAS ANTERIORES

‘La vocera’
¿Dejó de confiar?

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.