Opinión Javier Murillo

Las emociones humanas y la pandemia

En el contexto de la pandemia, el uso de la neuroinformática es útil para comprender el impacto de las emociones.

"Sentir, compartir un poco de contacto humano", cantaba Bruce Springsteen a finales de los 80. Ahora, en este 2021, 'Human Touch' sirve de inspiración a Lauri Nummenmaa para reflexionar sobre las emociones humanas y la necesidad de expresarlas a través de ese pequeño toque; de comprender por qué este obligado distanciamiento social, a causa de la pandemia, puede generar sensaciones de abandono e incertidumbre.

Nummenmaa dirige el laboratorio de emociones del Departamento de Psicología de la Universidad de Turku, en el suroeste finlandés, y su especialización es la ciencia de las emociones humanas, las imágenes médicas, así como los análisis estadísticos avanzados de datos para neuroimagen.

En un estudio socio histórico de las emociones y los sentimientos en las ciencias sociales, Leidy Paola Bolaños recuerda que fue en el siglo XX cuando se concedió a los sentimientos facultades explicativas que ampliaron la comprensión sobre su relación, tanto en lo individual como social. Desde entonces, hay una búsqueda intensa de la psicología a fin de descifrar la serie de dicotomías en la relación cuerpo-mente, individuo-sociedad.

Los estudios científicos en el procesamiento de la información del sistema nervioso, desde una perspectiva computacional (neuroinformática), son de vital apoyo para proyectar modelos con base en herramientas analíticas que facilitan la comprensión.

Nummenmaa ha participado en la generación de plataformas como Onni, que se define como una 'caja de herramientas' para laboratorios de emociones con la cual se pueden aplicar cuestionarios; Pipeline MAGIA, que ayuda al procesamiento de datos con opciones de modelos, a través de la recuperación automática de imágenes, o emBODY cuyo desarrollo mapea sensaciones de distintas regiones corporales.

Uno de los estudios más relevantes encabezado por Nummenmaa es el 'Mapa de los sentimientos subjetivos', el cual se difundió en 2018 y se realizó con la aplicación de encuestas. Con los datos, se proyectó y obtuvo la correlación biológica de las personas con sus emociones.

Así, en el contexto de la pandemia, el uso de la neuroinformática sin duda es de gran utilidad para comprender y dimensionar el impacto que las emociones del aprecio a la vida, el temor a la muerte y la urgencia de supervivencia tendrán en el ser humano en lo individual y en la sociedad en el corto, mediano y largo plazos.

Recientemente, Noora Valkila reprodujo un análisis que Nummenmaa realizó sobre la necesidad que todos, en mayor o menor medida, tenemos de mantenernos en contacto con otros, y cómo el tacto es un mecanismo importante en la regulación de las relaciones humanas a través de la vida, ya que es el primer canal de comunicación entre los padres y su recién nacido, pero también puede ser el último saludo al anciano agonizante. Tocar con cariño al otro puede producir un sentimiento de pertenencia y sólo a la gente que amamos le permitimos tocarnos sin reserva.

Indudablemente, con el análisis de datos y su visualización a través de las herramientas informáticas e instrumentos científicos pronto podremos visualizar y comprender estos aspectos mucho mejor; de ahí, la gran relevancia de la aportación del trabajo de Nummenmaa.

El autor es fundador y presidente del Consejo de Metrics.

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