Javier Murillo

El Boeing 737 MAX pone bajo juicio a la automatización

Javier Murillo indica que tras los accidentes del Boeing 737 MAX, preocupa que la industria aérea confíe ciegamente en la tecnología.

Uno de los logros más grandes de la Inteligencia Artificial (IA) es la automatización del transporte. Pero, los accidentes del Boeing 737 MAX nos obligan a hacer una pausa para entender mejor la automatización inteligente.

La automatización es ampliamente usada en la aviación comercial y ha sido reconocida por hacer que los cielos "sean mucho más seguros", no en vano los 20 mil millones de pasajeros que ha transportado Boeing. Sin embargo, una creciente preocupación entre pilotos y expertos en seguridad es que la industria confía ciegamente en la tecnología.

La industria de la aviación se está acercando cada vez más a aviones totalmente autónomos; actualmente se trabaja en sistemas de IA capaces de tomar en mayor medida las decisiones que conciernen a pilotos. Boeing ha estado experimentando con un sistema de este tipo en simulación y en planos de prueba, pero la firma había decidido no revelar más detalles a las tripulaciones de la cabina debido a las preocupaciones sobre la saturación de información, cientos de datos técnicos y "demasiada información de lo que necesitaban o podían digerir", detalla The Wall Street Journal.

Expertos en el tema han reconocido que hoy, los pilotos están sobreexpuestos a sistemas automatizados, lo que conduce a la complacencia y una degradación de las habilidades de vuelo manual. En un informe de la Federal Aviation Administration (FAA), se descubrió que los pilotos luchaban con las tareas manuales y, en algunos casos, no se mantenían a la par de la tecnología cambiante en la cabina. Como resultado, algunos carecían de conocimiento o habilidades, particularmente en situaciones inusuales.

Parecería incongruente pensar que los mismos seres que crearon la tecnología para automatizar las operaciones, sean los mismos que hoy reconozcan que estamos avanzando demasiado rápido. No ha sido sencillo entenderlo, hasta nos ha costado vidas: recordemos el accidente en 2018 que protagonizó uno de los autos de pruebas de conducción autónoma de Uber en Arizona, Estados Unidos, y en el que murió una transeúnte de 49 años.

Debemos aceptar que somos demasiado pragmáticos con la tecnología, es más aceptable un error humano que el que viene desde una máquina. "Es de humanos equivocarse", dice el dicho. De ahí que no es difícil entender los resultados de un estudio de la Asociación Americana del Automóvil en el que 7 de 10 consultados dijeron tener miedo de viajar en un vehículo autónomo, prefieren a un humano al volante con todo y sus limitaciones. Yo sigo apostando por la tecnología ¿y usted?

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