Javier Murillo

Despedido por la Inteligencia Artificial

Javier Murillo indica que datos de la Federación internacional de robótica dan cuenta que el avance de la automatización industrial es imparable.

En 2018 Ibrahim Diallo, empleado de una empresa en EU, fue víctima de la automatización cuando el software de recursos humanos lo despidió por faltar al trabajo. Todo fue un malentendido, su tarjeta de acceso fallaba y el guardia le daba entrada sin registrar en el sistema su acceso.

Diallo se enteró de su baja cuando no pudo acceder a las aplicaciones de la compañía y personal de seguridad lo escoltó a la salida. El problema es que ningún humano pudo hacer nada por él, aunque su jefe y la gente de recursos humanos sabían del caso y lo reinstalaron tres semanas después (sin goce de sueldo).

Recientemente se publicó información en la que se señala que Amazon monitorea cada segundo de trabajo de sus empleados en los almacenes donde se rastrea, se empaqueta y se clasifica cada pedido. La Inteligencia Artificial aplicada en este caso llega a tal grado que rastrea el "tiempo fuera de la tarea", es decir, si los trabajadores dejan de escanear paquetes durante demasiado tiempo, el sistema envía automáticamente advertencias y, eventualmente, el empleado puede ser despedido. Incluso tomarse tiempo para ir al sanitario puede provocar una mala calificación.

En el primer caso, incluso sus compañeros no pudieron hacer nada por el personaje en cuestión aunque sabían que se estaba cometiendo una injusticia. En el segundo, Amazon es consciente de todo y pone asistentes avanzados que persiguen a los empleados para que trabajen como robots. Que ironía.

Datos de la Federación internacional de robótica dan cuenta que el avance de la automatización industrial es imparable. China es una de las naciones que registra los mayores niveles de crecimiento en robótica industrial, pero ninguna parte tiene una densidad como Corea del Sur, 710 robots industriales instalados por cada 10 mil empleados sobre todo en los sectores de electrónica y electricidad. En EU, el ritmo es más lento, con una tasa de 200.

El mundo donde las personas son monitoreadas y evaluadas por máquinas no se quedó en las películas de ciencia ficción. Estamos viviendo la IA del aquí y del ahora. Donde la vieja frase "el tiempo es dinero" ahora es supervisada por algoritmos automatizados e inteligentes.

Es urgente que tanto las empresas como el gobierno contemplen estos escenarios y comiencen a trabajar en las políticas, leyes y normas que nos van a regir cuando se estandarice la supervisión automatizada, en qué casos es legal, pero sobre todo, bajo qué circunstancias debe entrar un humano a revisar que todo haga sentido. ¿O será que en el futuro viviremos regidos por el sentido común de la IA?

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