Javier Murillo

Pudong, Narita, Benito Juárez

Huawei Connect es un evento internacional con cerca de 20 mil asistentes de todo el mundo, en el que presentan sus innovaciones a socios y clientes.

Siendo domingo 24 de septiembre, a las 9 horas de Shanghái, China, el presente texto lo escribo en la sala de espera del aeropuerto de Pudong, aguardando mi vuelo a Narita en Japón, que es mi escala obligada en mi regreso a México, me aguardan 20 horas de vuelo efectivas a la CDMX. Para cuando esta columna se publique ya estaré en casa, sufriendo la cruda del jetlag, espero…

Vine a Shanghái invitado por Huawei para su evento anual más importante, Huawei Connect. Un evento internacional con cerca de 20 mil asistentes de todo el mundo, en el que presentan sus innovaciones a socios y clientes. La última ocasión en la que había asistido a un evento similar de la empresa en cuestión, había sido antes de la pandemia, en el 2019 en Barcelona y tengo que decir que entre ese evento y el de ahora ha habido una evolución importante.

Recuerdo que de los avances más relevantes que me presentaron en el evento del 2019, fue el chip nativo para procesar inteligencia artificial, en ese momento la apuesta de las empresas de tecnología era principalmente, desarrollar software. Por lo que en ese momento me llamó la atención que Huawei estuviera enfocando una buena parte de sus recursos de innovación en el desarrollo de hardware nativo para correr procesos de inteligencia artificial.

En ese mismo evento, el de Barcelona, fui testigo de algunos casos de uso, pero la principal característica de dichos casos, era que apenas se estaban probando internamente, sobre todo en lo que se refiere a eficiencia, los casos de éxito con clientes todavía eran pocos y muy básicos. Como no, si la tecnología todavía era incipiente en esos momentos.

En esta ocasión todo cambió, el número de casos de éxito documentados en todo el mundo y la diversidad, es impresionante. Por el origen y naturaleza de la empresa, los de mayor escala se encuentran en China, industrias verticales como telecomunicaciones, aeroespacial, financiera, salud y bienestar, minería, gobierno, cuentan con casos que son referencia tanto en oriente como en occidente.

Es que, entre taxi y taxi, o entre Didi y Didi, es inevitable reflexionar sobre el tamaño de China, más de mil quinientos millones de chinos demandando todo tipo de servicios no es poca cosa. Solo en Shanghái son 30 millones y cualquier ciudad promedio son 10 millones de personas.

Logré asistir a algunos eventos donde presentaron asistentes de otros países y llamó mi atención que en el resto del mundo ya existan casos de éxito, aunque a una menor escala. Tanto empresas en Brasil trabajando con inteligencia artificial en el sector salud, así como proyectos en África para hacer frente al cambio climático, son algunos de los ejemplos.

Fuera de las presentaciones magistrales, donde se lanzaron conceptos integrales que prometen que a partir de ahora todo tendrá inteligencia artificial, lo más interesante fue caminar por los pasillos de los miles de metros de exposición, donde pude conocer tecnologías de punta que rayan en la ciencia ficción. Como dije anteriormente, lo más alentador es que a diferencia del 2019, cada una de esas tecnologías está sustentada por un proyecto real y de alto impacto.

Pero lo más interesante fue la gente que pude conocer, sobre todo mexicanos que trabajan con la tecnología y que fueron invitados por Huawei para conocer, entender y eventualmente aplicar los avances que nos presentaron. Tuve la oportunidad de descubrir que algunos de ellos ya tienen en México y Sudamérica proyectos más avanzados de los que se presentaron allá, lo que les sirvió de validación al rumbo que están tomando sus empresas.

Fue muy agradable y enriquecedor encontrarme con la primera línea de ataque y defensa de la tecnología más avanzada en Latinoamérica. Me enseñaron que más allá de la algarabía alrededor de la inteligencia artificial, en la que encontramos muchos falsos profetas y proyectos huecos, existe un grupo de personas comprometidas que están a la vanguardia tecnológica en el mundo y que todos los días escriben la historia.

Gracias a los Chiwens, los Juanjos y los Hugos, en especial a: Adrián, Federico, Gustavo, Héctor, Hugo, Octavio y Sergio por haberme acompañado en esta experiencia.

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