Jaime Sanchez Susarrey

Los alcanzó el futuro

Hasta donde vamos, ha quedado claro que AMLO no escucha razones ni rectifica, si no es por presión y temor a las consecuencias negativas.

1. AMLO sigue mandando señales encontradas. Un día a favor del mercado y la inversión. Al otro, imponiendo trabas y limitaciones a los privados para que inviertan en electricidad y petróleo.

2. No se trata sólo de declaraciones, sino de acciones. El presidente fue el principal impulsor de la aprobación del T-MEC, se hizo cargo de la negociación con Trump, a propósito del arancel del 5 por ciento, y suscribió un acuerdo con los grandes empresarios para impulsar una inversión de 32 mil millones de dólares.

3. Pero los pasos en dirección opuesta también cuentan y cuentan mucho. La cancelación del NAIM, la eliminación de las farmouts (asociación de privados con Pemex), y ahora la controversia con TransCanada e IEnova por el contrato del gasoducto que conecta Texas con Tuxpan.

4. Esto último es particularmente relevante porque provocó una reacción del embajador canadiense, que señaló que ese litigio cuestiona la convicción del gobierno de México de respetar los contratos de inversión extranjera en nuestro país.

5. En el mismo sentido, los grandes empresarios manifestaron que dicha controversia va contra el acuerdo de inversión que suscribieron con López Obrador.

6. Hasta esa declaración, los empresarios habían reaccionado –ante los gestos y decisiones de AMLO– con una excesiva cortesía –para decirlo suavemente– y con una fuerte dosis de zalamería.

7. Hay que remarcar que el resultado de la estrategia de guardar silencio y apechugar, lo que sea y como sea, ha sido completamente negativo.

8. AMLO, después de su victoria, montó una estratagema: declaró que no cancelaría el NAIM y que, en el peor de los casos, dejaría que la iniciativa privada asumiera el proyecto y lo concluyera.

9. Pero, después de la toma de posesión del nuevo Congreso, dio un giro de 180 grados. La forma en que lo hizo fue tan importante como el fondo: organizó una consulta 'patito' para dejar en claro que era una decisión suya y desdeñaría cualquier opinión técnica que le fuera adversa.

10. Optó, además, por un proyecto inviable que no tiene posibilidad real de operar, donde se enterrarán decenas de miles de millones de pesos que se irán literalmente a la basura. Así que el daño patrimonial será doble: a los recursos enterrados en Texcoco se sumarán los destinados a Santa Lucía.

11. Este hecho, por sí solo, debió haber provocado una reacción y llamada de atención de los empresarios al gobierno de la República, pero no fue así. El único que levantó la voz fue Gustavo de Hoyos, presidente de la Coparmex.

12. Simultáneamente, AMLO ha ido colonizando los organismos autónomos (CRE, CNH) y minando paulatinamente la autonomía de la SCJN. Los próximos objetivos de esa poda serán el INE y la CNDH, que podrían desaparecer de la faz del Estado.

13. Hasta donde vamos, ha quedado claro que AMLO no escucha razones ni rectifica, si no es por presión y temor a las consecuencias negativas.

14. Así que el futuro ha alcanzado a los empresarios y sólo tienen dos opciones: o seguir jugando al avestruz o manifestarse abiertamente y convertirse en críticos de la política de la 4T, cuando atente contra la inversión y la estabilidad o debilite el Estado de derecho.

15. Porque si las cosas siguen como van, llegaremos fatalmente a un punto de inflexión sin retorno. Me explico: si Morena gana en 2021 la mayoría en la Cámara de Diputados y suma a los nuevos partidos satélites (PV, PES, y, todo indica, PRI) tendrá la mayoría calificada para reformar la Constitución e, incluso, embarcarse en un Congreso Constituyente.

16. A final de cuentas, lo que está en juego son dos proyectos de país: uno que apuesta a consolidar el poder del presidente, eliminando o sometiendo los contrapesos, y otro que defiende el fortalecimiento del Estado de derecho y la economía de mercado.

17. Si los empresarios renuncian a ser un actor relevante en esta dinámica le dejarán abierto el camino a la discrecionalidad y, más temprano que tarde, padecerán en carne propia el debilitamiento del marco legal que protege la propiedad y la economía de mercado.

18. La batalla no está perdida, aunque sería ingenuo no reconocer que AMLO tiene a su favor la mayoría en el Congreso y una alta popularidad, que ronda el 60-70 por ciento. Pero eso no significa que la suerte ya esté echada.

19. Por eso, los hombres de negocios harían bien en recordar dos frases: una, que se atribuye a Lenin: en su avaricia, los burgueses venden la soga con que habrán de ser colgados. Y otra, premonitoria: no llores como niño, lo que no supiste defender como hombre.

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