Jaime Sanchez Susarrey

Juárez 'vs.' AMLO

AMLO se autorreconoce como un nacionalista-revolucionario al igual que Cárdenas, Luis Echeverría y López Portillo, escribe Jaime Sánchez Susarrey.

1. En el discurso del 5 de febrero, AMLO dejó en claro dos cuestiones fundamentales: a) sí habrá un Congreso constituyente, aunque no precisó la fecha; b) la reforma energética está muerta y enterrada.

2. Reiteró su visión de la historia de México. Primera transformación: Independencia, Constitución de 1824, federalismo. Segunda transformación: Reforma, Constitución de 1857, liberalismo. Tercera transformación: Revolución, Constitución de 1917, nacionalista-social.

3. Precisó que el corazón de la Constitución del 17 es el artículo 27, que establece que la Nación es la propietaria original de las aguas y las tierras. Y agregó, con razón, que dicho artículo proviene del orden colonial que otorgaba la propiedad del territorio conquistado al rey de España.

4. Molina Enríquez y los constituyentes de 1917 adaptaron ese principio; en lugar de la Corona señalaron a la Nación como la propietaria original. Ese es, en último término, el fundamento de la expropiación petrolera y es también la razón de la oposición frontal de AMLO a la reforma energética.

5. El señalamiento implícito de AMLO es correcto: la única Constitución liberal que ha existido en México es la de 1857. Porque la de 1917 fue más allá del liberalismo, pero constituyó un salto atrás al situar por encima del individuo y sus derechos una entelequia llamada Nación. De haber podido, Juárez habría salido de su tumba para increpar y enfrentarse a Molina Enríquez y los constituyentes del 17.

6. No es ninguna novedad, pero vale la pena subrayarlo: AMLO se autorreconoce como un nacionalista-revolucionario al igual que Cárdenas, Luis Echeverría y López Portillo. Por ello denuncia al gobierno de De la Madrid como el punto de quiebre en que se traicionó el espíritu de la Constitución y la Revolución.

7. No debe sorprender, por lo tanto, que el nuevo gobierno no sólo esté echando abajo las reformas estructurales, sino que se proponga volver al estatismo y el proteccionismo.

8. Quienes sostuvieron la tesis que AMLO había cambiado y que no echaría atrás la reforma energética se equivocaron de cabo a rabo, poco importa si fue por una ingenuidad supina o malicia. Eso explica los nombramientos de Bartlett en CFE, Jiménez Espriú en SCT y Nahle en Energía. Todos estatistas y nacionalistas.

9. A lo anterior hay que agregar que AMLO contrastó correctamente la tradición anglosajona liberal con la mexicana inscrita en el artículo 27 constitucional.

10. El liberalismo de AMLO no es tal, se trata de una veneración por Benito Juárez y su estilo personal de gobernar, la justa medianía, que quiere impulsar como el sello de la 4T.

11. De lo anterior se desprende una pregunta simple y relevante: ¿Cuál será la esencia de la nueva Constitución? Si la de 17 puede definirse como nacionalista y social, ¿cómo se definirá la nueva Carta Magna?

12. AMLO defiende y promueve un Estado paternalista e intervencionista. El bienestar y la justicia serán obra de la política distributiva, no del desarrollo económico. De ahí, por ejemplo, los precios de garantía y los miles de millones que serán distribuidos a jóvenes y adultos mayores.

13. Pero hay más. AMLO no sólo se define como nacionalista revolucionario, sino como un hombre de izquierda. Amén que en Morena hay tendencias que se identifican abiertamente con el socialismo del siglo XXI, para no hablar de la veneración que Cuba despierta en todos ellos.

14. Nadie cambia su percepción a los 65 años. Sin embargo los males de este país no comenzaron en 1982. El giro fue efecto del naufragio estruendoso del nacionalismo revolucionario en 1981-82.

15. Pero más allá de eso, AMLO debería plantearse una comparación elemental. En 1836, Texas se independizó de México y nueve años más tarde se sumó a EU.

16. Hoy, el estado de la estrella solitaria es uno de los más ricos y poderosos de EU. Su potencial petrolero está fuera de duda. No hay huachicoleo ni problemas de seguridad.

17. Si Texas aún formara parte de México sería territorio zeta, no habría abundancia de petróleo ni de gasolina, sino escasez, y sus habitantes estarían ávidos de recibir pensiones y becas, que comparadas con un buen ingreso en dólares son bicocas.

18. ¿Qué se ha estado haciendo bien EU y que hemos hecho mal aquí? Benito Juárez y los liberales tenían razón. La verdadera opción era y es el liberalismo. La apuesta por la libertad y la creatividad del individuo por encima de todas las cosas.

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