Isabel Cruz

¿Porqué los campesinos pobres no tienen acceso a seguros agrícolas?

Estas coberturas están diseñadas bajo parámetros de agricultores con ingresos medios y altos, pero son impagables para pequeños productores.

El problema del campo marginado es muy complejo pero está focalizado. La mayor parte del problema de pobreza rural está concentrada en los estados del sur sureste, en las zonas de sierra, montaña, en comunidades indígenas y en zonas remotas. En relación con la política pública, en las últimas décadas el presupuesto público se asignó de forma concentrada en el centro-norte del país, donde se ubica la agricultura comercial y la de exportación, de ahí que la brecha entre el norte y el sur se haya ensanchado, teniendo un campo ganador y otro campo perdedor y pobre.

El reto es ahora equilibrar y reducir la brecha de desigualdad entre regiones y que el campo pobre se vuelva rentable, competitivo, generador de riqueza y participante de los mercados nacional y extranjero, ya que lograrlo es condición para acabar con el rezago, la expulsión de migrantes y la pobreza. En las políticas públicas de la 4ª Transformación, el cambio estructural en materia de Seguros agrícolas exige atender el riesgo de la actividad agrícola del pequeño productor, desde una visión integral, para eso debe entenderse su problemática y formas especificas de solución. Cambiar el paradigma con productos financieros que incorporen una visión de bosque (financiamiento y aseguramiento de modelos de producción en pequeña agricultura) y no una visión de árbol (financiamiento y aseguramiento de productos aislados o productores aislados).

El riesgo agrícola es uno de los principales causantes de la vulnerabilidad de los pequeños productores. En la encuesta de Vulnerabilidad realizada por Amucss-INSAD, en 2008-2009 a 1000 hogares de la región del sur de México, se detectaron los principales riesgos de los hogares rurales que pueden causar la ruina financiera de las familias, la pérdida de patrimonio como tierras o activos (vehículos, maquinaria, otros); el empobrecimiento permanente, la expulsión de mano de obra al extranjero, sobre endeudamiento, entre otras.

Los datos de hogares mostraron que la actividad agrícola es el principal riesgo de los hogares de pequeña agricultura pluriactiva y se incrementa (el riesgo y la vulnerabilidad) conforme el hogar depende más de ésta, esto es, la probabilidad de ser pobre y vulnerable se incrementa conforme una familia campesina depende más de la actividad agrícola para vivir (Informe Insad, 2010). En posteriores estudios y entrevistas realizados por Amucss se ha constatado que los hogares rurales, en ausencia de un mercado de seguros adecuados, buscan mitigar el riesgo agrícola de diversas maneras aunque ineficaces, por ejemplo, almacenamiento de granos para enfrentar crisis económicas; la diversificación de cultivos (que reduce la especialización y la rentabilidad de cada uno) para que en caso de tener siniestro en un cultivo, se compensa con la cosecha de otro.

En las zonas de pequeña agricultura no hay mercado de seguros agrícolas adaptados a los pequeños productores, con lo que estamos diciendo que es una escasez de oferta y demanda. Si no es porque el seguro se vuelve una obligación al obtener financiamiento, no existe la demanda por seguro agrícola. Más bien hay desconfianza, no se entiende el aseguramiento y sólo cuando se empiezan a ver algunos casos en los que funciona, se difunde a otros productores y es ahí cuando se pueden interesar.

Otra de las barreras es el alto costo del seguro agrícola, diseñados bajo parámetros de agricultores con ingresos medios y altos, pero impagables para pequeños productores quienes compran la mínima cobertura, al menor precio disponible con tal de cubrir el requisito (cuando está atado al financiamiento) pero insuficiente para cubrir la pérdida, por lo que se vuelve una carga forzosa que no ayuda, es decir, se cubre un siniestro parcialmente pero se destapa otro siniestro, que es buscar la manera de pagar el crédito, recuperar o reponer la producción, mantener a la familia, etc.

Otra de las barreras para la evolución de los microseguros agrícolas a pequeños productores es la falta de información actualizada que refleje la situación de las distintas regiones del país. Los datos del SIAP-SADER son promedios generales desactualizados o que no capturan el avance tecnológico de algunas regiones -aún estando en áreas de marginación-. Por ejemplo, en Cuetzalan del Progreso, Puebla, el SIAP reporta un rendimiento de 1.34 ton/ha de maíz mientras que el trabajo de organizaciones de productores ha elevado el rendimiento a 2.10 hectáreas y de ahí parte un problema que castiga el valor de la producción, la suma máxima asegurable y el precio.

La Encuesta Nacional Agropecuaria 2017, reporta que de cada cien, sólo 9.9% de los agricultores tienen acceso al crédito y la mitad, 5.5% tuvieron acceso a seguros agrícolas. Hasta hoy, los programas de Seguros agrícolas se diseñan basados en parámetros de la agricultura comercial y los subsidios son rápidamente monopolizados y concentrados en medianos y grandes productores, quedando los pequeños productores excluidos del acceso a Seguros agrícolas y casi por correlación, también del crédito. Aún los fondos de aseguramiento no han logrado modelos adaptados a la agricultura campesina del Sur. El mercado actual esta dominado por Aseguradoras Privadas (35.9%), Fondos de Aseguramiento concentrados en el Noroeste y Norte (30.0%), Programas de Gobierno (22.4%) y otros (12.7). Mucho por construir para cambiar esta desigualdad entre el Campo Ganador y el Campo pobre de México.

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