Isabel Cruz

El futuro del café y el Desarrollo Sostenible en México

Isabel Cruz Hernández reflexiona sobre cómo lograr la 'Economía cero', -cero pobreza, cero desempleo y cero carbono- en la producción de café.

El pasado lunes 17 en la UNAM, el premio Nobel Muhammed Yunus habló de "La economía de los tres ceros", un viraje necesario para salvar el planeta: Cero pobreza, cero desempleo y cero carbono.

No hay Desarrollo Sostenible sin eliminación de la pobreza y sin acciones efectivas frente al cambio climático. Pobreza, biodiversidad y empleo son temas se discuten y se tratan en forma separada pero están íntimamente vinculados y encuentran en la desigualdad la trampa de viabilidad. En esta encrucijada se encuentra la Cafeticultura en México y su desarrollo puede enfocarse con la economía de los tres ceros promovida por Yunus.

La desigualdad en el sector cafetalero se puede apreciar en los ingresos de los corporativos trasnacionales como NESTLÉ y Starbucks frente a los ingresos de los productores de café. Mientras los ingresos de las multinacionales que controlan el mercado del café, procesado y en tasa aumentó 15% en lo que va del 2019 y llegará hasta 45% (la ganancia de Starbuck por cada tasa de café será de 45% del precio de venta); los ingresos de los productores -ya de por si mínimas- se desplomaron entre 25 y 30% por la caída de precios internacionales. Para los productores, una situación de asfixia económica y pobreza provocada por la desigualdad; los precios definidos por la Bolsa sólo garantizan utilidades a las trasnacionales. Algo debe cambiar en el orden internacional del café. Empecemos por México.

Desarrollar la cafeticultura en el marco de "Economía cero" es factible, "cero pobreza": aumentar ingreso de productores vía aumento de productividad con nuevas variedades resistentes a la roya y mejorar el precio vendiendo al mercado internacional y nacional, no materia prima (café pergamino) sino café con marcas de origen al consumidor final. Tener como eje aumentar los ingresos de los productores requiere fomentar la organización económica de productores, la economía de escala para introducir innovaciones en la producción, hacer viable la comercialización con acopios bien planeados, procesar y comercializar con calidad, lograr certificaciones internacionales. Se trata de 500 mil productores, de los cuales 35% son mujeres, cultivando 688,700 hectáreas distribuidas en casi 400 municipios y 4,326 localidades, esa es la importancia social del café.

"Cero Carbono": La caída de precios y el cambio climático provocaron una disminución de casi 15% de la superficie cosechada en relación a la superficie sembrada, el café representa el nicho productivo con mayor biodiversidad y biomasa en el país ya que al ser un cultivo bajo sombra tiene una mayor cobertura, por los niveles vegetativos que se usan, convirtiendo a los cafetales en un gran pulmón que captura bióxido de carbono y produce oxígeno, además de ser una de las principales fuentes de captación de agua. Las regiones cafetaleras, además de aportar a la biodiversidad, permiten lograr retención de carbono. Adicionalmente los ejidos y comunidades cafetaleros tienen un fuerte impacto en la seguridad nacional al cultivar, habitar y cuidar amplios territorios tropicales del país, algo que la guardia nacional jamás logrará.

"Cero desempleo": más de seis millones de empleos se generan tan sólo para la cosecha, entre 70 y 80% del café se exporta, su comercialización anual podría ser la primera o segunda fuente más importante de divisas para el país y una importante fuente de generación de empleos en el sector rural, lo que la convierte en la plataforma de desarrollo sustentable más importante para el sector rural en zonas mayor marginación, incluyendo la zona indígena del sur sureste de México, quienes representan al 35% de los productores del país, gestionan 22% del territorio y producen 16% de la producción.

¿Cómo construir la economía de los tres Ceros en el café? Impulsar la definición y construcción de una política cafetalera, basada en acciones estratégicas y en experiencias exitosas desarrolladas por las organizaciones de productores, aprendiendo de otras técnicas desarrolladas y probadas en otros países. También la intervención del Estado debe cambiar y apoyar con inversiones productivas, no con filantropía o populismo público. Promover Inversiones bajo una mezcla de recursos aplicables y dispersados a través de una ventanilla única, siempre orientados a un fin y objetivo estratégico, que sea diferenciada por regiones y estratos productivos, una política diferenciada e incluyente de largo plazo, con indicadores de desarrollo individuales y colectivos, que permitan darle trazabilidad a los proyectos y a los apoyos, que dé certeza al aprovechamiento de los recursos, impulsando la visión de un desarrollo escalable en el que para poder pasar al nivel siguiente de apoyo se tendrá que cumplir con el escalón anterior, con definición de metas de corto, mediano y largo plazo de cada una de ellas.

Fortalecimiento Estratégico: Las líneas de inversión serian Producción, Calidad, Mercado, Desarrollo de Capacidades, Innovación tecnológica y financiamiento entre otros. Impulsar la definición y construcción de una nueva política pública nacional de la cafeticultura que sea incluyente, estratificada, sectorizada y regionalizada. Que incluya como acciones Estructurales; Padrón Cafetalero auditable, Denominación de Origen, Consejos Reguladores del café en los estados donde existan denominaciones de origen.

Inversiones Estratégicas; Impulsar la obtención de más recursos para la asistencia técnica, investigación e innovación tecnológica en café, nuevos modelos de promoción y comercialización, con una visión global e incluyente. Estudio de la cadena de valor del café de México por regiones, sistema de estimación de cosecha, planes estatales del manejo agro ecológico, impulsar la creación de un sistema de alerta temprana para la detección oportuna de plagas y enfermedades, entre otras los rebrotes de la roya anaranjada.

Una base de acción Financiera de las propias organizaciones; con la construcción de sistemas financieros comunitarios, basados en el ahorro con mecanismos de crédito a las economías locales y a la cadena de valor, con acceso a medios de pago para recibir las remesas de los migrantes y las transferencias gubernamentales. Finalmente desarrollar ejes transversales como: Equidad de género, medio ambiente, migración, educación, salud, vivienda, inclusión digital.

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