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Sector inmobiliario adaptándose a la nueva realidad

Hay que reconocer que el sector de bienes raíces se ha mantenido resiliente y ha soportado en muchos casos la salida del mercado de miles de negocios, consecuencia de la fuerte contracción económica que enfrentamos.

Por Juan Antonio Pliego López, Secretario del Comité Técnico Nacional de Finanzas Corporativas del IMEF. japliego@planigrupo.com

Si bien es cierto que esta nueva normalidad ha traído consigo nuevos esquemas de negocios y ha desaparecido casi en su totalidad otros, hay que reconocer que el sector de bienes raíces se ha mantenido resiliente y ha soportado en muchos casos la salida del mercado de miles de negocios, consecuencia de la fuerte contracción económica que enfrentamos.

En días pasados, el INEGI anunciaba la estrepitosa caída del índice de consumo privado en el mercado interior (-6.6% de noviembre 2019 a noviembre 2020), hecho que para el Comité Técnico Nacional de Finanzas Corporativas del IMEF prende una alerta sobre la ya muy débil economía de la familia mexicana que, ante un panorama tan complejo y retador, necesita encontrar oportunidades de negocio.

En este sentido, el sector inmobiliario o de bienes raíces le está apostando a una franca recuperación, y ha optado por cuantiosos descuentos que mes a mes aplica a sus inquilinos, desarrolladores, propietarios comerciales, industriales y habitacionales. Y si bien son momentos en que el sector está enfrentando un bajo desempeño financiero, aunado a una generalizada incertidumbre económica y cancelación o aplazamiento de nuevas inversiones, confiamos en que el aumento del desempleo que trajo el 2020 propicie nuevos proyectos y autoempleos, lo que requerirá rentar o adquirir espacios comerciales e industriales para ponerlos en marcha. Además, el pujante incremento de ventas digitales obligará a las empresas y a sus centros de distribución a expandir sus áreas de almacenamientos, sumándose a ello un mayor tráfico de mercancías, producto de los efectos del ya firmado y activo T-MEC.

En el IMEF consideramos que, en la toma de decisiones del sector inmobiliario, una de las variantes básicas es el costo del dinero y, gracias a que el Banco de México decidió disminuir durante todo 2020 la tasa de referencia, se facilitó el financiamiento para quienes buscan iniciar un patrimonio o acrecentarlo, con un mix entre una tasa de interés baja y la necesidad de los bancos por colocar deuda a largo plazo bajo condiciones muy apetitosas y favoreciendo al sector.

Bajo este contexto y con la certeza de que esta nueva realidad no concluirá en el corto plazo, el sector inmobiliario deberá hacer lo propio para evolucionar y continuar siendo un refugio para el inversor. En los próximos años veremos implementar nuevos modelos de operaciones en desarrollos comerciales y habitacionales que combinarán esquemas adaptados a las nuevas tecnologías vinculadas con energías renovables e inteligencia artificial, catalizadas por este confinamiento que se ha vivido.

Sin duda, 2021 dista mucho de ser un año que borre los efectos de un inestable y retador 2020. Sin embargo, hay que estar atentos a las oportunidades y lecturas que el sector inmobiliario ofrece de cara a una nueva normalidad que dista mucho de poder concluir.

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