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La recuperación que viene

Dentro de este oscuro periodo que estamos experimentando, hay una luz en materia de reinicio de actividades, pues estamos entrando a la fase de semáforo naranja.

Por Jesús Antonio Gil Jardon, Presidente del IMEF Grupo Valle de Toluca. agil@prinsel.com

Somos testigos de una de las contracciones económicas más dramáticas de la historia, posiblemente la más terrible después de la gran depresión económica de los años 30s.

De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el mundo sufrirá la peor recesión desde 1929 y estimó un crecimiento económico global de 3.0, mientras que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) proyecta cuando menos un crecimiento negativo del 6.0%. El Banco Mundial (BM) pronostica una caída global de 7.5%; evidentemente estos datos estarán cambiando en la medida que se vayan observando comportamientos de las variables que afecten dichos indicadores.

Para México, al igual que para muchos de los países, los datos no son nada alentadores, ya el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) ha vuelto a reducir su expectativa de crecimiento del PIB, ubicándola en -8.5%, sin embargo, entre los participantes de la Encuesta Mensual del Instituto, hay quienes estiman una caída de 12.0%, que, esperemos no ocurra. En la última revisión de los pronósticos del Banco de México (Banxico) se establecieron tres escenarios, de los cuales el más pesimista indicaba una caída de -8.8%

Los efectos negativos de la pandemia COVID-19 se ven reflejados en muchos indicadores económicos, entre ellos, el empleo. Al respecto, las cifras dadas a conocer para el mes de mayo, arrojaban una pérdida de 344,526 empleos, con ello, de enero a mayo ya se contabilizan casi 840 mil empleos formales perdidos, todo esto generado por la emergencia sanitaria, lo que redujo la movilidad de las personas, el cierre de establecimientos no esenciales, las plazas comerciales y un sin número de industrias y comercios, provocando una ruptura en el flujo de la economía y el consumo, motor interno de la economía, y ni hablar del mercado de exportaciones pues el mundo está en circunstancias similares.

Algo muy lamentable también es la pérdida de las vidas humanas, sin duda a nuestro alrededor escuchamos que falleció algún vecino, algún amigo, algún familiar; en fin, es algo terrible y lamentable.

Sin embargo, dentro de este oscuro periodo que estamos experimentando, hay una luz en materia de reinicio de actividades, pues estamos entrando a la fase de semáforo naranja, lo que podrá reactivar la economía de manera parcial. Sin duda es una buena noticia para todas las industrias y comercios que han estado cerrados. Lamentablemente, muchos de los negocios ya no podrán abrir sus puertas, la falta de liquidez y de solvencia, han provocado la quiebra de muchos negocios. El IMSS registró una disminución de 3 mil 295 patrones en mayo.

Dado que la recuperación no va a ser sencilla, el IMEF recomienda preparar algunos escenarios de acción considerando las variables que afecten a cada negocio en su sector y de acuerdo con su modelo de negocio.

La reincorporación de los empleados a las oficinas deberá ser gradual y con todas las medidas sanitarias que salvaguarden su salud.

La recuperación del consumo interno se espera que sea gradual, lenta al inicio y una más acelerada en los próximos meses. Evidentemente, también dependerá en gran medida del apoyo que la autoridad decida implementar en torno a alguna política fiscal, la cual podría ser de manera temporal y contribuiría favorablemente a diversos sectores de la economía.

Mientras no se dé algún estímulo o apoyo por parte del Gobierno Federal, las empresas deberán afrontar la nueva normalidad con sus propios y escasos recursos, generar una mejor propuesta de valor a sus clientes, inspirar a los empleados a dar lo mejor de sí en este nuevo contexto económico.

Toda adversidad significa una oportunidad para salir adelante y en esta ocasión también lo lograremos.

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