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Administrando el riesgo cambiario con derivados financieros

La contingencia sanitaria es un ejemplo de riesgo sistémico; un riesgo externo materializado fuera del control de las organizaciones.

Ivonne Mac Gregor Niño de Rivera , Integrante del Comité Técnico Nacional de Administración Integral de Riesgos IMEF .

La contingencia sanitaria es un ejemplo de riesgo sistémico; un riesgo externo materializado fuera del control de las organizaciones, con impactos no previstos que ha forzado a las organizaciones a replantear su actual operación y administración.

Lo anterior, aunado a otros factores como incertidumbre geopolítica, desempleo, caída del consumo interno, interrupción de cadenas de suministro, quiebre de negocios, problemas de crédito, liquidez, repunte de la inflación y un potencial rebrote de la infección de COVID-19, que tienen un impacto en los riesgos financieros.

En el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas consideramos que la cobertura de riesgos financieros, específicamente de tipo de cambio, debe ser parte integral del proceso continuo de la administración integral de riesgos en la generación de pronósticos financieros.

El riesgo de tipo de cambio en la paridad Peso Mexicano – Dólar Americano, se presenta preponderantemente en organizaciones importadoras, con estructuras de costos o deuda financiera significativa en esa moneda, considerando la tendencia continua histórica de devaluación con respecto al Dólar Americano, moneda que en adición, es la moneda legal de nuestro mayor socio comercial.

En este contexto, la gestión de este riesgo, debe contemplar el uso de coberturas de tipo de cambio y la generación de pronósticos financieros considerando esas coberturas, mediante la proyección estimada futura del comportamiento de la paridad cambiaria con la estimación de curvas de forwards, las cuales tienen un dinamismo y cambio continuo en función a otros indicadores.

Situaciones recientes apuntarían a que el tipo de cambio hubiera sufrido una depreciación, sin embargo, durante el 2020 no siempre ha sido así, debido a que la cotización de nuestra moneda se ha favorecido en algunos momentos, por el debilitamiento del Dólar Americano, cuyo índice (que mide su fortaleza frente a 6 monedas rivales) ha caído por debajo de 92 por primera vez desde mayo de 2018. Sin embargo, es probable que esta tendencia se revierta, por lo cual, contar con una cobertura del porcentaje de nuestra posición de riesgo, es una decisión estratégica y necesaria de gestión de riesgos.

Las proyecciones financieras deben estar preparadas bajo diferentes escenarios, considerando el análisis de sensibilidad, calculando el impacto de la apreciación o depreciación de un centavo en el tipo de cambio forward. Aún y cuando el mercado no siempre nos dará la oportunidad de fijar a futuro el tipo de cambio que mejor desempeño nos dé en las proyecciones financieras, éstas nos darán una base para aprovechar potenciales ventajas de la curva de forwards para asegurar el tipo de cambio que en promedio sea mejor para nuestros resultados financieros, recordando que el tipo de cambio forward, es la expectativa del mercado en el momento de dónde se cotizará el tipo de cambio en el futuro, no siendo recomendable el cubrir la totalidad del riesgo cambiario en un momento dado y sugiriéndose ir promediando y aprovechando la volatilidad cuando el forward favorezca.

Si consideramos la curva forward promedio utilizada para realizar la cobertura e impactamos el comportamiento futuro de la cotización del Peso por una, dos o tres volatilidades (black swan). Si impactamos la curva forward de cotizaciones por ejemplo, 2 volatilidades, significa que con una probabilidad de 66% la cotización del Peso a futuro se aprecie o deprecie por la tasa de la volatilidad anual implícita estimada por el mercado, veremos cual de las estrategias con derivados nos resultaría mejor de acuerdo a nuestra expectativa.

Ejemplo escenario + 2 volatilidades:

Es importante considerar, que la cobertura del tipo de cambio no debe realizarse por todo el valor del riesgo, ni con una sola estrategia con derivados financieros, pero sí en forma diversificada y ponderando la probabilidad de los escenarios posibles, dando mayor peso al escenario que consideramos más probable en función del mayor costo/beneficio.

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