Entre Reflectores

COVID-19 jaquea la creatividad y los apoyos a festivales

La pandemia ha generado una forzada y acelerada digitalización en muchos servicios, entre ellos, la renovación de los festivales de cine o de cultura.

Uno de los temas que llama la atención en estos tiempos de pandemia, es cómo se organizarán las empresas de espectáculos para presentar festivales de cine o cultura y lograr el éxito que garantiza la presencia del público.

Hemos visto ejemplos como el Festival de Cine FICUNAM con su directora Abril Alzaga, que dio marchas forzadas al realizar su gira por el país de forma digital, con una transición más fácil que otros, al tener la experiencia del Festival Scope y el Filminlatino con los que tuvieron 400 vistas por película.

Un festival Ambulante digital, en su totalidad, donde se pudo ver la drástica forma de cambiar su planeación ante los efectos del COVID-19 y cuyos resultados manifestaron un éxito rotundo, superando al presencial con un registro de 40 mil 226 suscriptores que reprodujeron las películas un total de 102 mil 915 veces.

¿Qué se destaca hasta este punto?

La pandemia ha generado una forzada y acelerada digitalización en muchos servicios, entre ellos, la renovación de los Festivales de Cine para los que hoy se exige mayor creatividad y visión para complementarse en el futuro.

Sin duda, lo que veremos de ahora en adelante en los festivales será el desafío de tener que explotar la imaginación en plataformas virtuales para que sean visualmente más atractivos para presentar trabajos cinematográficos, ser más accesibles y desarrollar híbridos.

El caso más próximo para analizar es el Festival Internacional de Cine de Guanajuato a cargo de su directora Sarah Hoch, quien cambió la fecha original del festival al 18 y 27 de septiembre y cuenta con tres planes alternativos a impulsar dependiendo de la emergencia sanitaria.

Hoch ha optado por la elaboración de un festival mixto a través de una plataforma virtual 360 con avatar, donde se presenten las películas y actividades presenciales como un Picnic-cinema y autocinema.

Reforzando el concepto de híbridos, que está dedicado a dos públicos, uno que disfruta los eventos presenciales y otro que no puede acceder a ellos tan fácilmente, sin mencionar la derrama económica y promoción que le puede traer a Guanajuato al presentarse en tres ciudades del estado.

Sin embargo se enfrenta a fuertes retos, pues se prevé que un evento híbrido puede costar 15 millones de pesos, de los cuales, diez serían para tener liquidez y pagar la plataforma virtual, medidas sanitarias y los cinco restantes para intercambios.

Apostar por una organización mixta hace visible un incremento en costos haciendo más difícil la realización, pero privilegia la experiencia del festival y accesibilidad para muchos.

¿Qué pasará con festivales que cierran el año?

Pongo el ejemplo del Festival Internacional de Cine de los Cabos cuya batuta se encuentra de la mano de dos personas Maru Garzón, directora artística y Alejandra Paulín, directora ejecutiva, que hoy piensan en un formato más digital para finales de 2020.

La directora ejecutiva busca ofrecer una oferta sólida y viable, además de mantener la parte de industria del fondo Gabriel Figueroa que apoya proyectos del cine mexicano que, en esta ocasión, varios se encuentran afectados por la pandemia.

Hablando de apoyos, varios directivos de festivales siguen esperando la respuesta del programa de donativos de otorgamiento del Instituto Mexicano de Cinematografía, pero algunos directivos como Paulín ya buscan nuevos patrocinios o incentivos, lo que es plausible en estos tiempos de incertidumbre.

En este panorama, también se tiene que mencionar a los festivales culturales como el Hay Festival con su coordinadora en México, Izara García, que han descubierto como exponenciar la cultura local con impacto global a través de la digitalización.

En conclusión, se podría decir que después de los ejemplos mencionados, hoy existen muchas aristas que transformarán los festivales en híbridos, privilegiando en el aspecto presencial los espacios abiertos, pero hay que resaltar la importancia de buscar más apoyos para ellos, pues aportan no solamente a la cultura, sino también dejan una derrama económica en los destinos que se presentan.

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